LA FE QUE ROMPE LOS LÍMITES

Éxodo 14:15-16 RVR1960| 15. Entonces Jehová dijo a Moisés: ¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que marchen. 16. Y tú alza tu vara, y extiende tu mano sobre el mar, y divídelo, y entren los hijos de Israel por en medio del mar, en seco.

Tener fe no es sólo decirlo sino es creerlo, y esto fue lo que Moisés con está palabra desafío su mente, quien sufrió una Metanoia para creer que la salvación de parte de Jehová se completaría. Moisés nunca antes había visto a Dios hacer lo que le estaba mandado hacer; él había visto a Dios enviar plagas, cambiar el color del agua y muchos otros acontecimientos sobrenaturales, pero aquello que le estaba diciendo que hiciera era totalmente nuevo para Moisés. Pero él no se quedó allí buscando confirmación en Dios de la palabra que le había entregado, sino que creyó y accionó, para que la palabra tomara vida. ¿Que palabra te dio Dios y aún sigues dudando de su respaldo? Muchas veces no vemos el milagro, porque nos enfocamos más en cómo lo vamos hacer, que en lo que Dios nos ha dicho que hará.

Moisés estaba enfrentando un gran reto de fe, él estaba siendo usado por Dios para mostrarle a su pueblo que el tiempo de su liberación había llegado. Moisés antes de estar allí delante de esa multitud fue llevado al desierto, pasó por el fuego y en medio de ese desierto tuvo ese encuentro cara a cara con Dios mientras la zarza ardía. Así que sí hoy estás viviendo un fuerte proceso es para que tu fe madure y cuando llegue el momento de Dios usarte cómo su instrumento en estos tiempos, no tengas miedo, sino que puedas alzar tu vara y moverte hacia la dirección que Él te está dando. Sólo mantén tu oído conectado a Su voz y esta se consigue llevando una relación personal con Él a través de la oración y estudio de Su Palabra.

Salmos 37:5 RVR1960| Encomienda a Jehová tu camino, Y confía en él; y él hará.

Podemos ver que lo insignificante del mundo en las manos de Dios se vuelve un instrumento de salvación. Sí Moises no hubiera sido entrenado antes, no hubiera tenido la madurez para decirle al pueblo marchen; si las personas no hubieran visto que Dios estaba respaldando a Moisés tampoco lo hubieran seguido, porque las palabras deben ir acompañadas de tu testimonio. Moisés empezó con pequeñas cosas mostrando el respaldo de Dios, por esto cuando llegó el momento de mostrarles Su grandeza las personas se movieron a su instrucción. Y tú, ¿En verdad estás dando testimonio que sirves a Cristo?

Notemos esto: ¿Qué pasaba por la mente del pueblo de Israel mientras sus ojos veían delante de ellos el Mar Rojo y detrás al Faraón con su ejército? Los versículos 11 y 12 nos hablan de lo que pensaban ellos. Pero Moisés no podía tener la misma mentalidad incrédula, sino que su fe debía romper primeramente la razón humana, para no pensar como sucedería el milagro, sino para estar convencido de que iba suceder, porque Dios así lo había dicho.

Números 23:19| Dios no es hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. Él dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?

Amado lector, en ocasiones tendemos a rendirnos cuando vemos que todo lo que nos rodea nos está impidiendo poder seguir adelante, pero por experiencia propia te puedo decir que hoy más que nunca necesitas levantarte y creer en la Palabra que Dios te ha dado, porque por más fuerte que se vea tu enemigo, jamás podrá vencer a nuestro Dios Todopoderoso. Y un consejo muy útil que te puedo dar, es: Deja de creerle a las circunstancias y al enemigo, deja de enfocarte en tu entorno y suelta el pasado, porque vivir recordando lo que una vez tuviste y hoy ya no lo tienes, te mantendrán anclado y estarás retrasando la llegada de tu mejor temporada; así que levanta tus manos, clama a Dios, empieza a ser agradecido y se ese instrumento útil para Dios en este tiempo, porque algo grande se manifestará. ¿Lo crees?

Salmos 125:1 RVR1960|Los que confían en Jehová son como el monte de Sion, Que no se mueve, sino que permanece para siempre.

Que la gracia y el favor de nuestro Señor Jesucristo sea con todos ustedes.

Con amor,
Fabio R. Ventura