AMOR POR LAS ALMAS

Juan 4:6-7 RVR1960| Y estaba allí el pozo de Jacob. Entonces Jesús, cansado del camino, se sentó así junto al pozo. Era como la hora sexta. 7. Vino una mujer de Samaria a sacar agua; y Jesús le dijo: Dame de beber.

Jesús siempre fue apasionado por brindarle el plan de salvación a toda la humanidad, es por eso que a pesar de las costumbres divisoria entre lo judíos y samaritanos, Él se atrevió a pasar por el territorio de Samaria para libertar a esta mujer quien estuvo presa del pecado durante muchos años.

Notemos esto: Cuando Jesús decide pasar por Samaria, ya Él sabía que iba con este objetivo específico de tener un encuadre con esta mujer para que así ella fuera un instrumento de libertar, para la vida de otros. Nos podemos preguntar: ¿Quién entonces trajo a los samaritanos a los pies de Jesús? Sabemos por la historia que Jesús al revelarsele a la mujer samaritana, ella quedó impactada por esta revelación y se fue a compartir con los demás aquello que había recibido. Vemos en esta historia como Jesús y la mujer samaritana vencieron los obstáculos que los limitaba y les impedía compartir el mensaje de salvación y vida eterna. A Jesús lo podía limitar la barrera que existía entre judíos y samaritanos y a la mujer la podía limitar su testimonio manchado por un pasado adultero, pero nada pudo impedir que la voluntad de Dios se estableciera en su corazón y pudiera ser confrontada con su pecado, pero a la misma vez recibiera la libertad, que nunca antes había podido experimentar.

Amado lector, Dios usará de ti aquello que para ti puede ser vergonzoso, pero tu pasado Él lo usará para traer libertad en aquellos que aún siguen cautivos; no sientas vergüenza de tu testimonio, porque Dios es experto restaurar lo vil y menospreciado de este para mostrarlo a los sabios. Así que no te detengas y sigue pregonando el mensaje de salvación y vida eterna. Amén.

Mateo 28:19-20 RVR1960 |19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.

Que la gracia y el favor de nuestro Señor Jesucristo sea con todos ustedes.

Con amor,
Fabio R. Ventura