LA ORACIÓN TE DA AUTORIDAD SOBRE LAS TINIEBLAS

Hechos 16:16-18 RVR1960| Aconteció que mientras íbamos a la oración, nos salió al encuentro una muchacha que tenía espíritu de adivinación, la cual daba gran ganancia a sus amos, adivinando. 17. Esta, siguiendo a Pablo y a nosotros, daba voces, diciendo: Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, quienes os anuncian el camino de salvación. 18. Y esto lo hacía por muchos días; mas desagradando a Pablo, éste se volvió y dijo al espíritu: Te mando en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella. Y salió en aquella misma hora.

La oración es fuente de poder y cuando estamos tan llenos de la presencia de su Espíritu Santo, podemos discernir que se está moviendo espiritualmente en el territorio en el que nos encontramos.
El apóstol Pablo y su compañeros de ministerio, entraron a Filipo y ellos allí establecieron el reino de los cielos, ese era un territorio dominado por las tinieblas, donde veían normal el ocultismo; pero gloria a Dios por esos siervos del Dios viviente que están despiertos y no se dejan engañar con el entretenimiento del mundo.

Cuando se lleva una vida constante de oración, te vuelves objetivo del enemigo, porque su único interés es destruir tu llamado y estropear la obra que día tras día el Señor está perfeccionando en ti. El Señor vino a traer libertad a los cautivos y El va a usar a hombres y mujeres que deseen ser instrumento útil en sus manos. ¿Estás preparado para asumir el reto?

Notemos esto: En cada territorio donde entraban los apóstoles de Jesucristo, había algo en común y esto era que ellos levantaban altar de oración en aquellos lugares antes de hacer cualquier otra cosa. ¿Por qué lo hacían? Porque antes de ellos conquistar un territorio en lo natural, primero se debía pelear en lo espiritual y el éxito de esa conquista, era a través de la oración.

Cuando oras por tu casa, por tu comunidad, por tus compañeros, por tu ciudad, por tu país o por todo aquello que el Espíritu Santo te está dirigiendo, estás declarando en el mundo espiritual que todo ese territorio le pertenece a Dios y las tinieblas deben retroceder porque el reino de los cielos se ha acercado. Y aunque hoy en día este sea un tema que poco se habla en nuestras congregaciones, nosotros vamos a seguir insitiendole a nuestros hermanos que la oración es fuente de poder, de autoridad, de cambios y no es solo para llamadas de emergencia. Dios no es una llanta de repuesto, Él busca que sus hijos tengan fe y lo busquen de verdad, porque Él aún sigue haciendo milagros.

Marcos 9:23 RVR1960|Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible.

Tu oración trae libertad a los cautivos: Pablo entendió la persecución espiritual que estaba enfrentando y podemos preguntarnos ¿Qué hay de malo en las palabras que esta joven le decía? Ella decía la verdad y reconocía quienes eran ellos, porque cuando tienes una vida de oración constante aún en el mundo de las tinieblas conocen tu nombre y saben el peligro que le representas; pero así como Pablo y sus acompañantes no se dejaron intimidar por aquello que se les había levantando, nosotros como hijos de Dios tampoco, porque nuestras fuerzas vienen de Él y en Dios somos más que vencedores.

Romanos 8:37 LBLA |Pero en todas estas cosas somos más que vencedores
por medio de aquel que nos amó.

Amado lector: Dios está buscando personas de oración, aquellos que estén dispuestos a pelear las batallas que se encuentren por delante, para que la voluntad de Dios se manifieste aquí en la tierra para salvación. Quizás hoy no ves la respuesta a tu oración, pero esto no quiere decir que no la verás, porque la respuesta del cielo viene a tu vida. Sigue orando porque tu oración está rompiendo con toda atadura de las tinieblas. Amén.

Isaías 45:2-3 RVR1960| Yo iré delante de ti, y enderezaré los lugares torcidos; quebrantaré puertas de bronce, y cerrojos de hierro haré pedazos; 3 y te daré los tesoros escondidos, y los secretos muy guardados, para que sepas que yo soy Jehová, el Dios de Israel, que te pongo nombre.

La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos ustedes.
Fabio R. Ventura