Lucas 21:1-4 RVR1960| Levantando los ojos, vio a los ricos que echaban sus ofrendas en el arca de las ofrendas. 2. Vio también a una viuda muy pobre, que echaba allí dos blancas. 3. Y dijo: En verdad os digo, que esta viuda pobre echó más que todos. 4. Porque todos aquéllos echaron para las ofrendas de Dios de lo que les sobra; mas ésta, de su pobreza echó todo el sustento que tenía.
La Biblia siempre nos revela las intenciones con las que las personas que en ella se mencionan realizaban una acción y posiblemente al ojo del que veía depositar las ofrendas, las de estos hombres era mucho más significativo que la dada por la viuda; pero como el ser humano solo puede ver lo exterior, pero Dios es quien puede juzgar perfectamente y sin equivocarse las verdaderas intenciones del corazón, entonces podemos tener la plena confianza que Él retribuirá a cada uno conforme a sus acciones. La ofrenda dada por la viuda iba por encima del valor representativo que esas monedas podrían tener; no dejes que tus ojos te engañen.

Jeremías 17:9RVR1960| Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?
Quiero que veamos los dos personajes principales en esta palabra, porque en ocasiones nosotros nos podemos encontrar en una situación similar. Pero, ¿Cómo está el corazón delante de Dios?
Notemos esto, los ricos que echaban sus ofrendas, también eran creyentes, conocían y practicaban los mandamientos y estatutos de la ley y eso está bien, pero no basta solo con conocerlos, sino también ponerlos en práctica. Estos hombres ricos ciertamente eran personas que tenían apariencia de piedad, pero sus corazones estaban lejos de una relación íntima con Dios; Jesús siendo Dios podía ver por encima de sus apariencias las verdaderas intenciones de sus corazones. Y muchos en estos tiempos se siguen equivocando, entregando de aquello que les sobra; y las ofrendas no tienen valor ante Dios, sino las intenciones con la que se hicieron fueron las incorrectas. Apliquemos esto a la vida personal ¿Que le estoy entregando a Dios, de aquello que me sobra o lo que realmente me cuesta?
En una ocasión el salmista David dijo en 2 Samuel 24:24 Y el rey dijo a Arauna: No, sino por precio te lo compraré; porque no ofreceré a Jehová mi Dios holocaustos que no me cuesten nada. Entonces David compró la era y los bueyes por cincuenta siclos de plata. David entendió que debía esforzarse por hacer las cosas para Dios con excelencia y con lo mejor, porque es a Él a quien debemos ofrecerle lo mejor y no lo sobrante. Cuando entendemos que Él paga nuestro esfuerzo y nos retribuye nuestro sacrificio, lo haremos con un corazón agradecido, reconociendo que Dios proveerá.
UN CORAZÓN DESPRENDIDO
Por otra parte vemos el corazón de la viuda; esta acción de fe nos habla de una total y absoluta dependencia en Dios. Jesús en el relato deja muy en claro que ella dio todo cuanto tenía, pero lo hizo con amor y un corazón agradecido, que a pesar de no tener más dinero en su bolsillo y no teniendo personas de las cuales depender, su acto de fe marcó una demanda en el cielo, declarando con ello que ponía su entera confianza en Jehová Jireh su proveedor; marcando una diferencia tan notoria que Jesús resaltó y alabó la entrega total a Dios.
Amado Lector, el dinero no es lo único que Dios busca que le ofrezcamos, sino también nuestras vidas, dando lo mejor de ella, porque en sus manos seremos mucho más productivos y eficaces a la hora de anunciarles a otros el mensaje de Jesucristo. Quizás hoy le estas entregando algo a Dios y sigues sin ver los resultados esperados, pero no dejes que esto te desanime, sino que más bien te lleve a escudriñar cuáles son las intenciones del corazón por lo que estás haciendo eso; permítele al Espíritu Santo que sane todo aquello que te ha llenado de altivez, orgullo y egoísmo, porque la libertad te ayudará a salir de la zona de confort y experimentar lo nuevo de Dios en tu vida. Dale a Él lo mejor de ti, porque esta es la ofrenda que será recompensada desde los cielos. Amén.
Hechos 20:35|En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir.
La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos ustedes.
Fabio R. Ventura
Abreviaturas de las diferentes Biblias utilizadas:
RVR1960| Reina-Valera 1960