MI CORAZÓN SIENTE TU PRESENCIA

1 Samuel 16:6-7 RVR1960| Y aconteció que cuando ellos vinieron, él vio a Eliab, y dijo: De cierto delante de Jehová está su ungido. 7. Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.

Seguimos estudiando esta hermosa historia, donde el profeta Samuel es enviado por Dios para ungir a David como el próximo rey de Israel, luego de Dios haber desechado al rey Saúl por su desobediencia (1 Samuel 15:22-23). Hoy estudiaremos lo que Dios mira.

Como todo ser humano, el profeta Samuel pudo fijarse en la apariencia exterior del hombre y creer que Eliab cumplia con el perfil del nuevo rey al que él debía ungir; pero Dios le hizo entender al profeta que Él no estaba en búsqueda de apariencia física, sino que Él estaba buscando un corazón conforme a su voluntad (Hechos 13:22).

Notemos esto; Dios le da una asignación al profeta Samuel, pero esta asignación debía cumplirse de la forma que Dios la tenía planificada, y aunque no le dio en ese momento el nombre de la persona a la que debía ungir, el profeta debía esperar que Dios le dijera quien era antes de proceder a realizarlo, y esto era con el objetivo que Samuel entendiera que la apariencia muchas veces oculta lo que verdaderamente hay en el corazón del hombre, y también para hacerle entender a esta familia, que es Dios quien llama y envía.

David tenía un corazón conforme a la voluntad de Dios, y esto es precisamente lo que Dios estaba buscando; Él estaba buscando un hombre que fuera obediente a su voz, porque todo lo demás vendría por añadidura.

ENGAÑADOS POR LA VISTA
Y así como el profeta Samuel, que en un momento puede llegar a actuar en su humanidad, colocando su mirada en lo exterior, así también encontramos algunos hijos de Dios, quienes dejándose deslumbrar por lo natural, desechan lo que procede de Dios, porque escalonan la relación e intimidad que este hombre o mujer tiene con Dios por la ropa que viste e incluso por el tipo de transporte en el que se desplazan; que triste es ver esto, cuando hay tantos detrás de las ovejas, que huelen a ungidos, pero su apariencia no encaja con los cánones de la sociedad cristiana moderna, que nos señala de religiosos a aquellos que aún buscamos a Dios por presencia y no por apariencia.

SIN FILTROS
Vivimos en una era digital, donde encontramos cantidades de programas o aplicaciones que te permiten mejorar la apariencia exterior, que sin duda hay muchas veces que son tantos los niveles del filtro que se le coloca a la imagen, que termina distorsionando el aspecto físico de la persona. Y espiritualmente estos filtros también los podemos encontrar en la iglesia, donde algunos están mostrando una apariencia de algo que no son, pero por sus frutos los conocerán. Porque sin comunión, no hay unción, y sin unción no hay identidad, sino sólo simulación de que se es hijo.

Amado lector, Quizás no tengas los mejores estudios bíblicos o no ocupes la posición que deseas, pero recuerda que Dios vio en David un corazón obediente, entrenado en el desierto, para luego sentarlo en la silla del palacio. Así que no se trata de como empezaste, sino hacia donde deseas que Dios dirija tus pasos. No te enfoques en los señalamientos o limitaciones que otros te quieran etiquetar, tú confía en Dios y en las promesas que Él te ha dado, porque Dios no se fija en tu apariencia, sino en aquello que estás dispuesto a hacer para Él. No te afanes por alcanzar aquello que otros tienen, Dios te llevará al lugar y la posición que anhelas, cuando tu corazón esté listo. Y aprende a no vivir de apariencias, sino de presencia, porque aquellos que obedecen verán a Jehová actuando a su favor. Amén.

Hageo 2:9 RVR1960|La gloria postrera de esta casa será mayor que la primera,
ha dicho Jehová de los ejércitos; y daré paz en este lugar, dice Jehová de los ejércitos.

La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos ustedes.

Fabio R. Ventura
http://www.caminandocomojesus.com