Salmos 51:10-12 RVR1960| Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí. 11 No me eches de delante de ti, Y no quites de mí tu santo Espíritu. 12 Vuélveme el gozo de tu salvación, Y espíritu noble me sustente.
En este salmo vemos como David vuelve a Dios por cuanto el pecado había secado su relación con el Espíritu Santo. Pero vamos a ver en este devocional cuales más cosas pueden apagar el fuego del Espíritu Santo en nuestras vidas y provocarnos una sequía espiritual.
Lo primero que debemos resaltar es que cuando este evento pasó, el rey David se encontraba en una zona de comodidad, que teniendo que ir a la guerra, no fue y se quedó en el palacio. La Biblia nos relata en 2 Samuel 11:1| Aconteció al año siguiente, en el tiempo que salen los reyes a la guerra, que David envió a Joab, y con él a sus siervos y a todo Israel, y destruyeron a los amonitas, y sitiaron a Rabá; pero David se quedó en Jerusalén.

LA COMODIDAD CAUSA SEQUÍA ESPIRITUAL
La comodidad en ocasiones puede volverse un peligro para alcanzar nuestro destino, ya que incluso nos puede impedir que tengamos una visión mucho más amplia de lo que Dios nos quiere hablar y hacia dónde nos quiere llevar, porque tendemos a caer en el conformismo e incluso a espejismos de bienestar, en el que creemos vivir sin necesidad de buscar más de Dios, imposibilitándonos volver a sentir ese fuego y pasión de su presencia.
La sequía nos ata a lo natural, nos lleva a depender de nuestra humanidad más que de Dios; la sequía nos lleva a vanas repeticiones en nuestras oraciones, y las mismas carecen de su presencia, sentimos que no logramos conectarnos a Él, pero tampoco hacemos nada por encontrarla.
Por esto hoy te animo, que si sientes que has caído en este letargo espiritual, donde te sientes vacío, sin nada que ofrecer, vengas a su presencia, entra en intimidad con el Padre y empieza a adorarlo, no pidas nada, solo adoralo, sumérgete en el río de su Espíritu Santo, es un tiempo a solas con Él, no te fijes en el tiempo, ni en cuantos días debas pasar solo adorandolo, porque es allí donde Él quiere sentir tu corazón rendido a sus pies, donde reconoces que necesitas todo de Él.
Todo aquel que desea llenarse del río del Espíritu, debe salir de la comodidad, soltar el afán del mundo y la ansiedad por lo material, confiando en cada una de sus promesas mientras sigue avanzando hacia su destino. Llénate de su palabra, vuelve a creer en los milagros, levanta tu mirada al cielo, porque el desierto que hoy estás atravesando solo podrá ser inundado por su presencia y reverdecerá como el olivo.
Salmos 52:7-9| 7 He aquí el hombre que no puso a Dios por su fortaleza, Sino que confió en la multitud de sus riquezas, Y se mantuvo en su maldad. 8 Pero yo estoy como olivo verde en la casa de Dios; En la misericordia de Dios confío eternamente y para siempre. 9 Te alabaré para siempre, porque lo has hecho así; Y esperaré en tu nombre, porque es bueno, delante de tus santos.
Notemos esto, en ocasiones la comodidad nos engaña, podemos tener comodidades financieras y esto hacernos creer que estamos bien delante de Dios, pero puede suceder que a pesar que tenemos abundancia de pan, estamos atravesando por una sequía espiritual. No sabemos con exactitud cuanto tiempo pasó David en esa sequía espiritual, pero lo que sí sabemos es que él sólo pudo darse cuenta de esta sequía cuando el profeta Ntahan lo confrontó con su pecado y lo hizo salir de su comodidad.
Amado Lector, En ocasiones no nos percatamos que estamos viviendo una sequía espiritual y creemos que porque me sigo orando en la madrugada, o sigo congregandome, o sigo cumpliendo con mis compromisos con Dios, estoy viviendo una relación, pero esta rutina en ocasiones nos puede engañar, haciéndonos ver un espejismo. Quizás no lo hayas notado, pero si mientras has estado leyendo este devocional, te sientes identificado y sientes que Dios te está hablando a tu espíritu, no te quedes simplemente en lo que sientes, sino que te invito a que vengas nuevamente a su presencia, no con oraciones rutinarias, sino con una adoración y reconociendo tu pecado. El Espíritu Santo quiere ser tu amigo, así que invitalo y permítele que Él nuevamente tomé el primer lugar en tu vida. Amén.
Salmos 51:8-11RVR1960| 8 Hazme oír gozo y alegría, Y se recrearán los huesos que has abatido. 9 Esconde tu rostro de mis pecados, Y borra todas mis maldades. 10 Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí. 11 No me eches de delante de ti, Y no quites de mí tu santo Espíritu.
Fabio R. Ventura
http://www.caminandocomojesus.com
Abreviaturas de las diferentes Biblias utilizadas
RVR1960|Reina-Valera 1960