EL DESIERTO Y SU PROPÓSITO

Éxodo 3:1-3 RVR1960| Apacentando Moisés las ovejas de Jetro su suegro, sacerdote de Madián, llevó las ovejas a través del desierto, y llegó hasta Horeb, monte de Dios. 2 Y se le apareció el Ángel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza; y él miró, y vio que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía. 3 Entonces Moisés dijo: Iré yo ahora y veré esta grande visión, por qué causa la zarza no se quema.

Lo primero que debemos hacer es saber el significado de las palabras Desierto y Propósito. El desierto para el mundo o para el hombre natural es un lugar seco, árido, infructuoso y muy peligroso, pero para los hijos de Dios espiritualmente hablando, es el lugar donde Dios nos pastorea. En hebreo la palabra mischbar, traduce desierto.

Ahora bien, por otro lado tenemos la palabra Propósito el Propósito, del latín “poner hacia adelante” (o propositum), es la firme determinación de alcanzar algún objetivo, en relación a la intención con la que se realiza una acción. Es un término que indica, por un lado, una finalidad o meta, y por otro implica un compromiso para conseguirlo.

Veamos algunos principios que nos ayudarán a mantener nuestra fe firme, aún en medio del desierto

Moisés es un ejemplo de que Dios cumple su propósito con aquellos que Él determina que lo hará. Si damos un vistazo a la historia de Moisés, nos damos cuenta el porqué llegó hasta el desierto de Madián a pastorear las ovejas de Jetro su suegro. Si recordamos, Moisés había salido huyendo por haber asesinado a un egipcio, y fue tan grande el temor que le invadió que salió fugitivo de su tierra natal, donde era conocido como el príncipe de Egipto. Y esto una vez mas nos muestra que nunca llegaremos a entender el amor y la misericordia de Dios, quien aún de los fracasos toma para levantar y edificar la vida de todo aquel que se deje procesar por Él, y esto fue lo que hizo con Moisés, que pese a su pecado, Dios lo restauró y lo usó para traer libertad a su pueblo.

Hoy puedes decir que estás viviendo un fuerte desierto, pensando que ya no puedes soportarlo, pero cuando entiendes que detrás de todo ese duro proceso hay un gran propósito que transformará tu vida, entonces dejarás de quejarte, y empezarás a alabar a Dios.

EL DESIERTO Y LA REVELACIÓN DIVINA
Moisés pudo haber llegado a pensar que su propósito era convertirse en el hombre más poderoso de Egipto, incluso él había recibido toda la preparación para ocupar esa posición, pero Dios siempre cumplirá el destino que tiene diseñado con cada uno de sus hijos; y la mejor forma que Dios usó para transformar la vida de Moisés fue llevarlo al desierto, quitarle los vestidos lujosos, la servidumbre, los manjares y quebrantar su corazón, para que pudiera reconocer verdaderamente a su Dios. Quizás tú te encuentres en una posición igual a la de Moisés, e incluso has perdido muchas cosas materiales, lujosas y posición, pero quiero decirte que ahora mismo te encuentras en el mejor lugar, porque es de allí donde aprenderás a conocer a Dios cara a cara, y podrás entender que lo que estás viviendo, no es nada comparado con la gloria venidera.

Romanos 8:18 RVA-2015|Porque considero que los padecimientos del tiempo presente no son dignos de comparar con la gloria que pronto nos ha de ser revelada.

Unos de los propósitos principales del desierto es revelar tu corazón, y la palabra nos lo describe perfectamente en Oseas 2:14|Pero he aquí que yo la atraeré y la llevaré al desierto, y hablaré a su corazón.

Amado lector, Los planes que Dios tiene contigo siguen vigentes, y ni han cambiado, ni cambiarán, pero los mismos se cumplirán a la medida que tu le permitas al Señor trabajar en tu vida. Hay muchas puertas que debes cerrar, pero las mismas no se cerrarán si tu no haces la parte que te corresponde, así que empieza a pedirle al Espíritu Santo que escudriñe tu corazón y te muestre que se ha alojado allí, que esta impidiendote que la presencia del Señor se pueda manifestar, y empieza a cerrarla. El desierto tiene fecha de cumplimiento y tu tiempo está llegando. ¡Aleluya!

La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos ustedes.

Fabio R. Ventura
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