Lucas 15:21-24 RVR1960| Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo. 22 Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies. 23 Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta; 24 porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse.
El hijo pródigo tiene una confrontación consigo mismo cuando se vio solo, sin amigos y sin dinero, donde su situación presentaba un cuadro de crisis extrema no solo en lo económico sino también en lo espiritual; él se dio cuenta que la separación de su Padre no fue la mejor decisión que pudo haber tomado. Muchas veces el regresar al lugar de origen nos avergüenza, porque es tanta la ofensa que hemos cometido contra el Padre que sentimos que no merecemos su perdón, ni mucho menos la restitución como hijos. Pero quiero decirte que el corazón de Dios, siempre tendrá lugar para aquellos que desean volver a Él.

REGRESA A CASA Y EMPIEZA A EXPERIMENTAR LA RESTITUCIÓN
PADRE HE PECADO CONTRA TI, Cuando reconocemos nuestro pecado, le estamos pidiendo a nuestro Padre Celestial que nos acepte nuevamente en su hogar, que podamos volver a experimentar esa paz que solo Él nos sabe dar, pese a cualquier situación difícil que se pueda estar atravesando y que estamos postrados a sus pies, porque nuestra vida necesita un toque divino.
¿Cuántas veces nos equivocamos y pretendemos tener la razón o damos una excusa para justificar nuestro error? El reconocer tu condición de pecador delante de Dios te da acceso a su gracia que es un favor inmerecido para alcanzar la salvación y vida eterna, para que puedas ser perdonado y así restaurar tu identidad de hijo. Reconoce delante de Dios que lo necesitas en todas las áreas de tu vida, porque es la única forma de conducirte al éxito en aquello que emprendas.
Notemos la respuesta del Padre; el amor de Dios está al alcance de todos, basta que solo haya un arrepentimiento genuino en el corazón. Pero ¿que esperó el hijo pródigo de su Padre? Quizás que lo haría un jornalero, o que lo rechazaría por sus errores del pasado; pero el Padre bueno saca lo mejor aún de la peor situación de su hijo y le muestra una vez más que su amor es incondicional y que Él no estaba viendo el tamaño de su pecado, sino el arrepentimiento genuino que en ese momento estaba experimentando.
CAMBIA TUS VESTIDOS DE MISERIA Y VISTE DE HIJO
El vestido es lo primero que le cambia, dando a entender que era hijo y no mendigo, porque su indumentaria lo identificaba. Y hoy día no es diferente, debemos revestirnos de Cristo quien es nuestro máximo galardón. No eres cualquier persona, eres un hijo de Dios, redimido por la sangre del cordero, y restituido de la muerte y el pecado, para salvación y vida eterna en Jesucristo; y hoy no solo el Señor te está colocando ropa de hijo, sino que te ha regresado tu anillo para darte autoridad; porque el pecado te había apartado de Él, pero el humillarte y reconocer tus errores, te ha devuelto tu posición de hijo, y te ha puesto el nuevo calzado, que representa los nuevos destino que vas a recorrer, porque testificaras a muchos que Jesucristo ha traído nuevos cambios a tu vida y a tu casa.
Amado Lector, es tiempo de volver a sonreír, de despojarse de toda culpa y volver a los brazos del Padre, porque ese es tu lugar y allí estarás seguro. Solo Él te podrá dar la paz que tú necesitas, así que no te enfoques en lo que tuviste y has perdido, sino que debes caminar confiado en las promesas que el Padre te ha dado y cada una de ellas se cumplirán en su tiempo perfecto. Ten paciencia y aprende a esperar en Él, porque todos los desafíos que estás viviendo, son producto de tus malas decisiones en el pasado, pero que hoy Dios las borra por medio de la Sangre que Jesús derramó en la cruz. Amén.
La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos ustedes, Amén.
Fabio R. Ventura
http://www.caminandocomojesus.com
|Abreviaturas de las diferentes Biblias utilizadas:
Reina-Valera 1960|RVR1960