GUERRA ESPIRITUAL DE PALABRAS

Ezequiel 37:4-5RVR1960|Me dijo entonces: Profetiza sobre estos huesos, y diles: Huesos secos, oíd palabra de Jehová.5 Así ha dicho Jehová el Señor a estos huesos: He aquí, yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis.

Unas de las cosas que más nos perjudican o benefician son nuestras palabras, dependiendo de nuestro vocabulario el cielo se puede abrir o mantenerse cerrado, por esto, antes de hablar, mejor meditemos en lo que va a salir de nuestra boca, porque muchas veces en el contexto que estas se digan pueden matar o bendecir a alguien, tanto es así que la misma Biblia nos dice que no pueden salir de la misma fuente dos tipos de aguas (Santiago 3:5-12), El ser humano diariamente lucha con pensamientos que el enemigo tratará de poner en su cabeza, para desanimarlo y tratar de callar las promesas dadas por Dios. Y en este versículo bíblico Dios lleva al profeta Ezequiel a un valle de huesos secos, donde sus ojos naturales daban testimonio que allí estaba todo perdido; pero solamente algo podía cambiar esta dura escena y esto era la palabra de Dios; en ocasiones queremos que nuestra realidad cambie, pero seguimos haciendo lo mismo, utilizando el mismo lenguaje de fracaso y lleno de incredulidad frente a los desafíos que a diario se nos presentan, y cuando vemos un obstáculo lo primero que decimos es no puedo, renunció, etc., en vez de declarar la palabra de Dios y decir este problema es para que su nombre sea glorificado una vez más. Las montañas empezaran a moverse cuando empieces a hablar el lenguaje de fe, así que comienza desde hoy a ver desde otra óptica la situación que te está aquejando, suelta ya la quejabanza y empieza a alabar su nombre y adorarlo, porque el que comenzó en ti la buena obra, la perfeccionará hasta el final. (Filipenses 1:6).

PROFETIZA EN EL NOMBRE DE JESÚS Y ALCANZA LA VICTORIA, y esto solo lo lograras cuando tu boca declara que tu vida ha sido redimida por su sangre. Si empiezas tu día escuchando malas noticias o viendo el amarillismo en las redes sociales, tu mente está siendo expuesta a la contaminación visual que muchas veces está siendo manipulada y tergiversada por el príncipe de este mundo (Juan 16:11). Empieza tu día con Dios, sumérgete en sus brazos protectores y compasivos, donde puedas estar tan cerca de Él que escuches sus latidos, y tus oídos se abran para escuchar la voz del Espíritu Santo. No sigas cayendo en el juego del enemigo, muchos han sido enceguecidos por la maldad de este mundo, creyendole más a lo que dicen en su entorno, que a lo que Dios les ha dicho en su palabra. Su palabra es vida, y sigue teniendo poder. En ocasiones oramos para que otros cambien, pero cuando salimos de ese tiempo de oración, volvemos a declarar lo contrario a la voluntad de Dios, así que aunque no veas el cambio de inmediato, sigue declarando transformación sobre aquello, porque Dios en su tiempo lo hará.

TU MAYOR ARMA CONTRA EL ENEMIGO ES LA PALABRA DE DIOS
Notemos que cuando Jesús estuvo en el desierto satanás lo tentó y el arma que Jesús usó para defenderse y obtener la victoria fue declarar la palabra de Dios y esto lo vemos en Lucas 4:4| Jesús, respondiéndole, dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios. Amado lector, Tu declaración en fe es lo que activa el poder de Dios a tu favor, así que cambia el vocabulario de incredulidad y empieza a profetizar palabras de fe sobre tus hijos, cónyuge, salud, situación financieras o cualquier que sea la problemática que estés viviendo, porque para Dios no hay nada imposible, y aquello en lo que había muerte, volverá a tener vida y vida en abundancia. Te invito a que oremos juntos y repitas conmigo: Padre renunció a toda palabra de maldición que mis labios han pronunciado, ayúdame a levantarme en fe, y a no seguirle permitiendo al enemigo de las almas siga destruyendo mi vida y la de mi familia, creo en el poder de tu sangre, y por ella he sido redimido, y desde este preciso momento te acepto como mi Señor y Salvador, me declaro libre por medio de Jesucristo; satanás no tiene poder en mi vida, y te ordeno que salgas de mi casa y de mi vida en el nombre de Jesús. Amén y amén. (Romanos 10:9-11)

La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos ustedes,
Fabio R. Ventura
http://www.caminandocomojesus.com


|Abreviaturas de las diferentes Biblias utilizadas:
RVR1960| Reina-Valera 1960

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