¿Has mandado tú a la mañana?

Job 38:12 RVR1960|¿Has mandado tú a la mañana en tus días? ¿Has mostrado al alba su lugar,

Dios irrumpe en el silencio de la desesperación de Job con una pregunta que corta como espada: ¿Has mandado tú a la mañana? No es una pregunta retórica ni una burla. Es una revelación poderosa: El amanecer no es un accidente; es una orden divina. El Señor le recuerda a Job, y a nosotros que cada mañana es el resultado de Su voz. Dios no solo permite que el sol salga; Él lo manda, Él da la orden y la oscuridad retrocede. Él señala el lugar del alba, como un General que posiciona a sus soldados. Este pasaje nos confronta con una verdad que muchas veces olvidamos: No somos nosotros quienes controlamos el tiempo, el cambio o el avance. Podemos planificar, soñar y trabajar, pero solo Dios puede decir: ¡Que amanezca en nuestra vida!

Isaías 60:1 RVR1960|Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti.

Job estaba en su noche más oscura. Lo había perdido todo: hijos, salud, bienes, amigos. No entendía por qué. Había clamado, llorado y buscado respuestas. Pero la noche seguía. Y entonces, Dios le habla. ¿Te ha pasado? ¿Has orado, ayunado, creído, y el amanecer no llega? Este versículo nos recuerda que aunque tú no puedas ordenar el amanecer, Dios sí puede; aunque la noche se alarga, Él no llega tarde, ni se olvida de ti. El reloj celestial jamás falla.

Cuando Dios manda algo, el universo obedece, el mar se detiene, la luna se sostiene, las estrellas conocen su lugar. Entonces, ¿por qué piensas que tu situación se le ha escapado de las manos? Dios puede hablar sobre tu vida y ordenar: ¡Que se acabe la noche! Su voz tiene poder, no porque todo cambió afuera, sino porque Él habló. La fe no consiste en entender cuándo vendrá el amanecer, sino en confiar en quién lo manda.

Salmo 143:8  RVR1960|Hazme oír por la mañana tu misericordia,Porque en ti he confiado; Hazme saber el camino por donde ande, Porque a ti he elevado mi alma.

Amado lector, confía en el que manda la mañana. Quizás no puedes cambiar lo que estás viviendo en este momento, quizás no puedes acelerar el proceso, pero puedes confiar en el que tiene la autoridad sobre el alba. Cada día que amanece, Dios te está recordando: Sigo al mando; aún en tu noche, estoy obrando. Y cuando yo diga, la luz aparecerá. Dios ya ha señalado el día en el que tu situación cambiará. Mantente firme, porque tu mañana viene en camino. Oremos juntos, Padre Celestial, gracias porque tú eres el que manda a la mañana, aunque no veo aún la salida, confío en que tú ya has dado la orden para que mi noche termine. Ayúdame a mantener mi esperanza, aunque todo esté oscuro. Dame la fe para esperar el amanecer que tú has preparado para mí. Amén.

Lamentaciones 3:22-23 RVR1960|22 Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. 23 Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad.

Con amor,
Sandra Patricia Ventura

Abreviaturas de las Biblias utilizadas:
RVR1960|Reina-Valera 1960

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