Rut 2:2-3 RVR1960| 2 Y Rut la moabita dijo a Noemí: Te ruego que me dejes ir al campo, y recogeré espigas en pos de aquel a cuyos ojos hallare gracia. Y ella le respondió: Ve, hija mía. 3 Fue, pues, y llegando, espigó en el campo en pos de los segadores; y aconteció que aquella parte del campo era de Booz, el cual era de la familia de Elimelec.
Rut no era parte del pueblo de Israel, ella era moabita, viuda y extranjera, pero algo dentro de ella la impulsó a no quedarse de brazos cruzados. No tenía tierras, ni siervos, ni recursos; solo tenía fe. En medio de su vulnerabilidad, se atrevió a pedir permiso para recoger espigas en los campos de Belén. Lo sorprendente de este pasaje, es que los campos estaban listos, se encontraban en plena cosecha. Ella no fue quien lo sembró, pero Dios la guió a un campo donde otros ya habían sembrado, ella solo tuvo que ir y recoger. La gracia de Dios te llevará a lugares donde tu esfuerzo no alcanza, pero tu fe sí.

Rut es esa figura de aquellos que, aunque llegan con las manos vacías, por fidelidad y obediencia a Dios, son introducidos a temporadas de abundancia. Ella no recibió limosna, ella recogió del fruto de un campo bendecido.
Lo mismo vemos siglos después, Jesús declaró una verdad poderosa: Los campos están blancos para la siega, esta declaración no fue casualidad. Jesús acababa de revelarse como el Mesías a una mujer samaritana, y muchos en esa región comenzaron a creerle; mientras sus discípulos pensaban en comida, Jesús hablaba del alimento para el alma. Lo que para el hombre parece lejano, para Dios ya todo está listo. Podemos pensar que aún faltan meses para ver resultados, pero el cielo decretó que el tiempo de recoger ha llegado.
Juan 4:35 RVR1960| ¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega.
Dos tiempos cumplidos. Rut cosechó espigas y Jesús anunció una cosecha de almas. Aunque fueron momentos diferentes, ambos revelan una verdad divina: Dios tiene campos listos, esperando por corazones obedientes que se atrevan a entrar. Rut fue guiada por la necesidad, pero encontró gracia, los discípulos fueron enviados por fe, y encontraron multitudes hambrientas de verdad.
Ambos ejemplos nos muestran que para cosechar no siempre se requiere haber sembrado, sino haber escuchado la voz de Dios a tiempo y ser obediente a ella. El Espíritu Santo está guiando a muchas personas que han atravesado pérdidas, cambios, desiertos, y lo que parecía el final, en realidad es la entrada a un campo ya preparado. Hay almas listas, oportunidades abiertas, puertas disponibles. No es momento de esperar, es momento de actuar. Así que no te detengas por lo que perdiste, muévete por lo que Dios ya preparó.
¿Qué campo está frente a ti hoy?
A veces, Dios ya abrió la puerta, pero aún estás esperando confirmaciones innecesarias. Rut no sembró, pero Dios preparó un campo para ella. La gracia abre caminos donde el esfuerzo no alcanza. ¿Estás viendo con ojos naturales o espirituales? Mira, Jesús nos llama a levantar la mirada, y no andar generando lástima. Lo que parece infértil, puede ser tu tierra lista para fructificar, solo debes creer.
Gálatas 6:9 RVR1960| No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.
Amado lector, hoy es el día de entrar a ese campo que está listo para cosechar. No estás en un tiempo de espera, estás en el tiempo kairo de Dios. Él ha trabajado en secreto para preparar oportunidades, recursos y conexiones para sus hijos obedientes, y tú estás siendo llamado a recoger. Oremos juntos, Padre Celestial, gracias porque has preparado campos listos para mí, tú me das la gracia de cosechar por obediencia y fe; te pido por favor, que me ayudes a no perder este tiempo, abre mis ojos espirituales para ver lo que tú ya has dispuesto, que yo me pueda levantar cómo obrero de tu mies, y que pueda entrar en los campos que tu has abierto para mi; ayudame a ser obediente y sensible a tu Palabra y que pueda caminar en la dirección que me lleva a cosechar todo aquello cuanto tú has puesto a mi alrededor. Señor, también te pido que pueda honrar a todos aquellos que estuvieron a mi lado, cuando no tenìa nada. En el nombre de Jesús. Amén.
Juan 4:36 RVR1960| Y el que siega recibe salario, y recoge fruto para vida eterna, para que el que siembra goce juntamente con el que siega.
Con amor,
Sandra Patricia Ventura
Abreviaturas de las Biblias utilizadas:
RVR1960|Reina-Valera 1960