Isaías 49:15-16 RVR60|15 ¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti. 16 He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida; delante de mí están siempre tus muros. Quizá te has preguntado … Continúa leyendo Su promesa sigue en pie

Habacuc 2:3 RVR1960| Aunque la visión tardará aún por un tiempo, mas se apresura hacia el fin, y no mentirá; aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá, no tardará. Esperar no es fácil, y mucho menos cuando las facturas se acumulan y el pan se escasea, la fe es puesta a prueba. Son en esos … Continúa leyendo ¿Cómo sostener la fe mientras esperas la provisión?

Apocalipsis 3:7-8 RVR60|7 Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre: 8 Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; … Continúa leyendo Cuando Dios cierra una puerta, es porque abrirá una mayor

El mensaje enfatiza la importancia de mantener la fe en tiempos de dificultad, recordando que las promesas de Dios se cumplen a pesar de las apariencias. Aunque las circunstancias sean desafiantes, se insta a esperar con confianza, ya que cada proceso prepara al creyente para recibir bendiciones. Dios es visto como un proveedor fiel.

Este mensaje destaca la importancia de reconocer nuestras debilidades como un espacio para que la gracia de Dios actúe. La respuesta divina no siempre es liberación, sino gracia suficiente en tiempos de dolor y lucha. La vulnerabilidad permite que el poder de Cristo se manifieste, sosteniéndonos en nuestras cargas.

Dios nos elige con un propósito eterno y por Su gracia, no por nuestros méritos. Aunque enfrentemos traiciones y pruebas, nuestra identidad está en ser elegidos por Él. Esta elección asegura nuestra victoria, y debemos vivir como quienes han sido llamados, confiando en Su plan y propósito para nuestras vidas.

La unidad familiar es un mandamiento divino que trae paz y bendición. A pesar de las divisiones, debemos centrar nuestras familias en Cristo, promoviendo amor, respeto y perdón. Discernir que juntos somos un reflejo del Reino de Dios, fortaleceremos la fe, y enfrentaremos adversidades con esperanza y unidad.

El desierto pone a prueba la fidelidad del corazón. Aunque Israel se quejaba de hambre, su murmuración revelaba dudas sobre la provisión de Dios. Este pasaje nos llama a confiar en Su amor eterno, a alabar en lugar de quejarse y a reconocer que, en las dificultades, Dios sigue siendo fiel y compasivo.

En Éxodo 14:15, Dios instruye a Moisés a decir al pueblo de Israel que marche frente al Mar Rojo, enfatizando que la fe debe ir acompañada de acción. A menudo, los creyentes se detienen por miedo o duda, pero la obediencia es esencial para ver milagros. El avance llega con valentía y confianza en Dios.

Eclesiastés 11:1 nos anima a actuar con fe, incluso sin ver resultados inmediatos. Echar el pan al agua simboliza desprenderse de lo valioso, confiando en que Dios multiplicará nuestras ofrendas. Aunque la espera puede ser difícil, la promesa divina garantiza que lo sembrado con fe se cosechará en el momento perfecto.