Bástate mi gracia

2 Corintios 12:9 RVR1960|Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.

No todo lo que pedimos a Dios será removido. A veces, lo que más deseamos que desaparezca, Él lo usa como instrumento para mostrarnos su poder. El apóstol Pablo conocía de milagros, visiones y revelaciones. Sin embargo, también conocía el silencio de Dios ante un clamor profundo. Rogó tres veces que le quitara un aguijón que le molestaba, y la respuesta no fue lo que esperaba. No vino en forma de liberación, sino de gracia. Bástate mi gracia. Esa fue la respuesta del cielo.

No era una frase para resignarse, sino una invitación a descubrir un secreto en la debilidad. No se trata de aparentar fortaleza, ni de sostenernos con fuerzas propias, sino de rendirse al punto donde el poder de Cristo se vuelve evidente. Quizá hoy estás enfrentando algo que no entiendes. Una carga emocional, una lucha espiritual, una enfermedad, una situación que se ha prolongado más de lo que imaginabas. Has orado, has clamado, has ayunado, y aún no ves el cambio que anhelas. Pero tal vez el milagro no está en lo que se va, sino en lo que permanece: la gracia de Dios.

Isaías 41:10 RVR1960|No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.

Esa gracia no es pasiva, es una fuerza activa. Es presencia en medio del dolor. Es poder en medio del cansancio. Es consuelo que no se explica, pero que se siente. Es ese susurro del Espíritu Santo que te recuerda: Yo estoy contigo, y eso es suficiente. Dios no necesita que seas fuerte todo el tiempo. Él no se impresiona con tus logros, pero sí se mueve con tu rendición. Cuando tú reconoces tu necesidad, Él se manifiesta. No para que vivas derrotado, sino para que vivas dependiente de su fuerza.

Pablo no escribió estas palabras desde una torre de victoria, sino desde el quebranto. Y aún así pudo decir: Me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. ¡Cuanto más frágil te sientes, más espacio le das a Dios para obrar!

2 Timoteo 2:1 RVR1960| Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús.

No trates de esconder tu debilidad, ni luches por aparentar lo que no estás sintiendo. Ve al altar con sinceridad. Dile a Dios cómo te sientes. Ríndele lo que te duele. Y escucha su voz: Bástate mi gracia. Haz de esa frase tu refugio. Haz de su gracia tu sustento. No estás solo. No estás desamparado. Su poder se está perfeccionando en ti, justo ahora, en medio de tu proceso.

Amado lector, la debilidad no es señal de derrota, sino una oportunidad para ver a Dios obrar con poder. Cuando el cuerpo se cansa, cuando el alma ya no tiene fuerzas, cuando la oración parece no tener respuesta. Es ahí donde su gracia comienza a brillar más fuerte. Pablo descubrió un principio que sigue vigente para nosotros hoy: cuando nos vaciamos de nosotros mismos, el poder de Cristo reposa sobre nosotros. No temas mostrar tu fragilidad. No escondas tus batallas. Entrégalas. Porque justo en medio de eso que no puedes resolver, Dios está perfeccionando su obra. No necesitas más fuerza, necesitas más gracia. Y la buena noticia es que ya te fue dada. Oremos juntos, Padre Celestial, hoy me presento tal como soy con mis cargas, mis luchas y mis limitaciones. No quiero fingir ser fuerte cuando por dentro me siento débil. Reconozco que sin ti nada puedo hacer. Gracias por recordarme que tu gracia me basta. Gracias porque cuando ya no puedo más, tú no te apartas. Te pido que tu poder se perfeccione en mi debilidad. Que cada parte rota en mí sea cubierta con tu presencia, y que donde yo no llego, llegues tú. No quiero vivir confiando en mis fuerzas, sino depender completamente de tu gracia. Reposa sobre mí, Espíritu Santo. Haz tu obra en mi interior. Que en todo, se vea que eres tú quien me sostiene. En el nombre de Jesús, Amén.

Salmos 34:18 RVR1960|Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón; Y salva a los contritos de espíritu.


Con amor,
Sandra Patricia Ventura

Abreviaturas de las diferentes Biblias utilizadas:
RVR1960|Reina-Valera 1960

Deja un comentario