¡Es tiempo de avanzar!

Éxodo 14:15 RVR1960|Entonces Jehová dijo a Moisés: ¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que marchen.

¿Cuántas veces nos hemos quedado paralizados en medio del temor, la duda o la incertidumbre, esperando que Dios haga algo, cuando Él ya nos ha dado la instrucción y la promesa? El pueblo de Israel se encontraba frente al Mar Rojo, con el ejército egipcio detrás, sintiendo que no había salida. Clamaban, sí, pero estaban estancados. Entonces Dios le dice a Moisés: ¿Por qué me clamas a mí? ¡Diles que marchen! 

Hay momentos donde la oración ya no es para pedir dirección, sino para avanzar en obediencia. Israel ya había recibido la promesa de libertad. Dios ya había mostrado su poder en Egipto con señales y maravillas. Pero al llegar al obstáculo, se llenaron de temor. La respuesta de Dios no fue una nueva promesa ni una palabra de consuelo, fue una orden firme: ¡Marchen! Y esto nos enseña tres verdades:

  • Hay un tiempo para clamar y un tiempo para actuar. Clamar es importante, pero la fe sin obras es muerta. Después de haber orado, debemos caminar en fe hacia lo que Dios ha dicho, aunque el camino aún no se vea abierto.
  • Dios abre caminos en movimiento. El Mar Rojo no se abrió mientras el pueblo esperaba, sino cuando obedecieron y comenzaron a marchar. Muchos están esperando que se abra el mar para entonces avanzar, pero Dios está esperando que avances para entonces Él abrir el mar.
  • La fe verdadera se demuestra con pasos valientes. Avanzar frente a lo imposible no es locura, es confianza plena en que Dios pelea por nosotros. Él no nos abandona en medio del proceso.

Hebreos 11:29 RVR1960| Por la fe pasaron el Mar Rojo como por tierra seca; e intentando los egipcios hacer lo mismo, fueron ahogados.

¿Qué área de tu vida está estancada porque estás esperando que Dios haga algo que Él ya te dijo que hagas? Tal vez es un paso de fe en tu ministerio, en tus estudios, en tu familia o en tu llamado. Hoy Dios te dice: ¡Marcha! No sigas dudando. No sigas retrocediendo. No sigas postergando lo que ya te ha dicho que debes hacer. El mar se abrirá cuando des el paso.  A veces oramos, ayunamos y buscamos confirmaciones, cuando la verdad es que ya escuchamos la voz de Dios, pero nos resistimos a dar el paso que Él demanda por temor, duda o desobediencia. Dios le dijo a Moisés: “¿Por qué clamas a mí?”, lo cual no era un rechazo a la oración, sino una confrontación: el momento de clamar ya había pasado, ahora era el momento de actuar. Muchos creyentes viven en ese mismo punto: con promesas en la mano, pero sin movimiento en los pies.

¿Dónde te has detenido?
En una relación rota que Dios te pidió restaurar, pero el orgullo ha sido más fuerte que la obediencia.

En un llamado que Dios puso en tu corazón, pero aún estás esperando que todo esté perfecto para comenzar.

En un paso de fe en tu carrera, estudios o emprendimiento, pero la incertidumbre te ha paralizado.

En una lucha interna con el pecado, y sabes que tienes que soltar, confesar, buscar ayuda, pero sigues justificándote. No sigas deteniendote. Obedece a Dios. 

Josué 1:9 RVR1960| Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.

Amado lector, lo cierto es que mientras no avances, el mar no se abrirá. Dios está esperando que te pongas de pie, que levantes tu vara como Moisés, que des el paso hacia lo que parece imposible. La fe que no se mueve, no madura. La obediencia que no actúa, no transforma. Este es un llamado a dejar de postergar lo que Dios ya habló. El retraso en obedecer, muchas veces, es una forma disimulada de incredulidad.  Hoy Dios no te dice: Avanza, aunque tus pies toquen el agua antes de verla abrirse. Avanza, aunque tu mente no entienda. Avanza, porque la victoria está del otro lado de la obediencia. Oremos juntos, Señor, gracias por tu palabra que me anima a avanzar. Perdóname por las veces que me he quedado paralizado por el miedo o la duda. Hoy decido caminar por fe, creyendo que tú abrirás camino donde no lo hay. Dame valentía, dirección y firmeza para obedecerte. ¡En el nombre de Jesús, amén!

Isaías 43:2-3 RVR1960|Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti. 3 Porque yo Jehová, Dios tuyo, el Santo de Israel, soy tu Salvador; a Egipto he dado por tu rescate, a Etiopía y a Seba por ti.

Con amor,
Sandra Patricia Ventura

Abreviaturas de las diferentes Biblias utilizadas:
RVR1960|Reina-Valera 1960

Deja un comentario