Habacuc 2:3 RVR1960 | Aunque la visión tardará aún por un tiempo, más se apresura hacia el fin, y no mentirá; aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá, no tardará.
Hoy iniciamos el último mes del año 2025, y para muchos este tiempo llega con cansancio, con silencios prolongados y, en algunos casos, con la sensación de que la visión se quedó atrás. Algunos comenzaron el año llenos de fe, anotando metas, orando por promesas, creyendo por cambios, pero el paso del tiempo, la espera y las luchas hicieron que la expectativa se debilitara. No es que Dios haya dejado de hablar; es que el peso de la espera hizo que muchos soltaran la visión sin darse cuenta.
Y es aquí donde el Espíritu nos confronta, cuando la promesa parece atrasarse, no es porque se haya cancelado, es porque Dios está formando al portador antes de manifestar lo prometido. La Escritura no dice que la visión fallará; dice que aunque tarde, sin duda vendrá. Lo que tarda no muere, solo está madurando.

Dios jamás promete algo sin activar simultáneamente un proceso, porque el problema nunca ha sido recibir la promesa, el verdadero desafío es sostenerla una vez que se cumple. La visión no espera porque esté detenida, espera porque tú estás siendo alineado para cargarla sin romperte en el camino, porque nadie recibe grandeza sin una temporada silenciosa de formación.
Notemos esto:
Dios trabaja primero en el portador, no en la promesa. Abraham esperó, José fue procesado, David estuvo huyendo, Moisés pasó años en el desierto, pero todos recibieron lo prometido, ninguno lo sostuvo sin antes pasar por un tratamiento profundo de su carácter. La espera no es castigo, sino evidencia de elección. Dios no pierde tiempo contigo, Él está formandote.
El aparente retraso filtra tu fe. La espera revela quién cree sólo cuando todo avanza y quién permanece creyendo cuando nada se mueve. Muchos abandonan la visión en la antesala del cumplimiento, se cansan de orar, se distancian del altar, bajan la expectativa, pero la fe madura no nace en el cumplimiento, nace en el silencio; la fe real se forja cuando tienes que confiar sin señales visibles.
Mientras externamente parece que nada pasa, internamente Dios está produciendo transformación. Dios está arrancando inseguridades, sanando heridas y alineando tu corazón al propósito eterno. Porque hay promesas que no podrían sostenerse con el carácter que tenías cuando las pediste. La espera es una gracia que protege tu llamado.
Romanos 8:25 RVR1960 |Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos.
Amado lector, este último mes del año no es para rendirse ni para archivar la visión; es para volver a creer, nada se ha atrasado, todo sigue en preparación. La promesa que Dios te habló sigue viva, aunque el calendario humano no muestre avances aparentes. El tiempo no mata las promesas; las madura, así que no sueltes tu fe ahora, cuando estás más cerca de lo que imaginas, aún en la espera, Dios sigue obrando.
Si llegaste a diciembre cansado, confundido o tentado a soltar la esperanza, hoy el Espíritu Santo te dice: PERMANECE, la visión sigue corriendo hacia su cumplimiento, y cuando se manifieste, entenderás que cada día de espera tenía propósito.
Oremos juntos: Padre Celestial, hoy renuncio a la ansiedad de la espera; reconozco que mientras aguardo, tú obras; procesa mi carácter, fortalece mi fe y sostiene mi visión. Perdóname si solté expectativas por cansancio. En este último mes del año decido volver a creer, volver a esperar y volver a alinearme a tu propósito; recibo fuerzas nuevas mientras espero el cumplimiento perfecto de tus promesas. En el nombre de Jesús, amén.
Isaías 40:31 RVR1960 | pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.
Con amor,
Sandra Patricia Ventura
Abreviaturas de las Biblias utilizadas:
RVR1960 | Reina-Valera 1960