Lucas 18:7 RVR1960 |¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles?
Hay momentos en los que nuestras oraciones brotan en el agradecimiento, pero hay otras donde las oraciones nacen de una carga que pareciera que nos encontramos en un laberinto sin encontrar la salida ante tal situación. La viuda de la parábola no tenía poder, no tenía influencia, no tenía a nadie más; pero sí tenía un corazón insistente, una necesidad justa y una fe que se negaba a rendirse, cómo usted que hoy lee este devocional.

Ella mantenía su petición día y noche, se negaba a soltarla, porque sabía que ese juez era su única salida; y aunque este hombre no era justo, la persistencia de esa mujer terminó abriendo una puerta que parecía cerrada para siempre. Pero Jesús no la compara contigo para que imites su desesperación, sino para que conozcas la diferencia; ella clamó ante un juez que no quería escuchar, en cambio usted está clamando ante un Padre que sabe escuchar, que le ama y responde.
Salmos 34:17-19 RVR1960|17 Claman los justos, y Jehová oye, Y los libra de todas sus angustias. 18 Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón; Y salva a los contritos de espíritu. 19 Muchas son las aflicciones del justo, Pero de todas ellas le librará Jehová.
Notemos esto: Hay clamores que nacen del alma cansada, como el de esa viuda; pero hay otros que nacen en el silencio, que brotan de las lagrimas, y en cada una de ellos Dios nos tiene una respuesta. En ocasiones no necesitamos alzar nuestra voz o mover nuestros labios, porque Él entiende perfectamente que detrás de ese clamor desesperante, hay un hombre o una mujer, que se ha rendido antes Su presencia. ¿Si este juez injusto escuchó a esta mujer, cómo no escuchará tu Padre Celestial?
La justicia de Dios opera en dos dimensiones: la primera es la visible, donde Él abre puertas, restaura lo perdido y reivindica causas; y segunda es la invisible, donde Él endereza lo que tú no puedes ver, corrige lo que estaba torcido, y te prepara para recibir lo que has estado esperando; el silencio de Dios no es demora, ni mucho menos abandono, sino que Él está alienado el momento exacto, ante lo que te pertenece.
Amado lector, quizás tú también has clamado por algo que parece no llegar: Justicia, restauración, una respuesta, una salida, un milagro que te urge, o quizás estás luchando con un clamor silencioso, uno que ni siquiera te atreves a decir en voz alta, porque te duele, porque se repite, o porque crees que nadie lo entendería. Pero así como Dios oyó a la viuda que insistió ante un juez injusto, con mayor razón escuchará a Sus hijos que claman a Él día y noche. Él no se tarda, ni se olvida de sus promesas. Oremos juntos: Padre Celestial, gracias por escuchar mi clamor, aun cuando yo siento que el cielo está en silencio; gracias porque tu justicia no falla y tus tiempos son perfectos. Hoy pongo mi causa, mi necesidad y mi carga en tus manos, confiando en que tú ya estás obrando justicia en mi vida, abriendo lo que debe abrirse, enderezando lo que está torcido, y trayendo la respuesta que mis fuerzas no pueden producir; todo esto te lo pido en el nombre de Jesús, amén.
Salmos 37:28 RVR1960 | Porque Jehová ama la rectitud, y no desampara a sus santos. Para siempre serán guardados; Mas la descendencia de los impíos será destruida.
Con amor,
Sandra Patricia Ventura
Abreviaturas de las diferentes Biblias utilizadas:
RVR1960 | Reina-Valera 1960