El poder liberador del perdón

Mateo 6:14-15 RVR1960|14 Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; 15 mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.

El perdón no es una opción en la vida cristiana, es un mandato que trae libertad. Muchas veces podemos decir con facilidad te perdono, pero en lo profundo del corazón seguimos cargando dolor, resentimiento y heridas que no han sanado. El verdadero perdón no es solo una palabra pronunciada con los labios, sino una decisión del alma de soltar aquello que nos ata al pasado.

Al reflexionar sobre esto surge una pregunta honesta: ¿Realmente he dejado atrás el dolor que me causaron? El secreto del perdón radica en mirar a las personas no por sus fallas, sino por el valor y la belleza que Dios depositó en ellas. Es comprender que quien hiere, muchas veces lo hace porque está herido.

Cuando Jesús estaba en la cruz, oró y vio más allá de las acciones de sus verdugos; los identificó con su necesidad de gracia; ese es el modelo de perdón que debemos seguir imitando en estos tiempos.

Lucas 23:34 RVR1960|Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes.

El perdón no minimiza el dolor sufrido, pero sí evita que ese dolor siga controlando tu vida; guardar rencor es como cargar cadenas invisibles que roban tu paz. Cuando decides perdonar, sueltas la carga y abres la puerta a la sanidad interior. Perdonar no significa justificar el mal que te hicieron, sino confiar en que Dios es el juez justo que hará justicia en su tiempo. 

El perdón no cambia el pasado, pero transforma tu presente y abre el camino hacia un futuro lleno de paz. Pregúntate hoy: ¿A quién necesito soltar en mi corazón? ¿A quién debo mirar con los ojos de Cristo en lugar de con los ojos del dolor?

Amado lector, el perdón es la llave que rompe las cadenas del resentimiento y abre las puertas de la verdadera libertad; cuando personas le estas quitando al enemigo la legalidad que tenía sobre ti. Si decides perdonar, aunque aún duela, el Espíritu Santo será quien sane tu corazón y restaure lo que fue quebrantado. No te estanques en lo que te hicieron; avanza en la gracia de Dios que todo lo renueva. Oremos juntos, Padre Celestial, hoy decido soltar el dolor que me causaron y el resentimiento que guardaba en mi corazón; elijo perdonar, como tú me perdonaste en Cristo. Declaró que ya no seré esclavo del pasado ni del rencor. Espíritu Santo, sana mis heridas y enséñame a ver a los demás con tus ojos, reconociendo su valor y necesidad de gracia. Profetizó que este será un tiempo de libertad, restauración y paz en mi casa y en mi vida. En el nombre de Jesús, amén.

Efesios 4:31-32 RVR1960|31 Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. 32 Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.

Con amor,
Sandra Patricia Ventura

Abreviaturas de las diferentes Biblias utilizadas:
RVR1960|Reina-Valera 1960

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