Día 31: Una conversión genuina

Mateo 3:8 RVR1960|Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento

En nuestros tiempos, hablar de conversión se ha vuelto común, pero lo que Dios busca no es simplemente una declaración verbal, sino una transformación real. La Biblia nos muestra que una conversión genuina no consiste en levantar la mano en un culto o repetir una oración, sino en un cambio profundo de corazón y de vida, producido por el Espíritu Santo. La esencia de una verdadera conversión es un corazón arado, preparado, y dispuesto a dar fruto para la gloria de Dios; una conversión genuina se evidencia en frutos, en cambios palpables que confirman que la semilla de la Palabra cayó en buena tierra, no se trata de perfección, sino de evidencia. Hoy el Señor nos invita a examinarnos: ¿he experimentado una verdadera conversión o es solo una apariencia externa?

Oseas 10:12 RVR1960|Sembrad para vosotros en justicia, segad para vosotros en misericordia; haced para vosotros barbecho; porque es el tiempo de buscar a Jehová, hasta que venga y os enseñe justicia.

Principios de una conversión genuina

1. Una conversión genuina implica transformación de mente y corazón
La verdadera conversión no es cosmética, es radical; no se trata de pulir conductas, sino de recibir un nuevo corazón que palpita al ritmo del Espíritu Santo. Un convertido genuino no solo cambia su manera de actuar, cambia su manera de pensar y de sentir. Lo que antes atraía al pecado ahora produce dolor; lo que antes parecía absurdo en el camino de Dios ahora se convierte en deleite; la conversión no es una reforma externa, es una metamorfosis interna que inevitablemente se refleja hacia afuera.

Ezequiel 36:26 RVR1960|Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.

2. Una conversión genuina se prueba en la obediencia
Saulo de Tarso es uno de los ejemplos más claros de lo que significa convertirse de verdad. Pasó de perseguir a la iglesia a convertirse en el mayor proclamador del evangelio; la obediencia es la prueba más clara de que alguien ha nacido de nuevo, porque la verdadera conversión no se mide por emociones en un momento, sino por una vida sometida al señorío de Cristo. El convertido genuino no vive para agradarse a sí mismo, sino para agradar al Maestro, y cada paso de obediencia es el fruto que confirma la raíz de una nueva naturaleza.

Juan 14:23RVR1960|Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.

3. Una conversión genuina da fruto visible y perdurable
La conversión genuina no se queda en palabras bonitas, sino que produce frutos que todos pueden ver, perdón donde había resentimiento, santidad donde había pecado, generosidad donde había egoísmo, amor donde había odio.El fruto verdadero no es temporal ni aparente; así como un árbol bueno no puede dar malos frutos, una vida transformada por Cristo dará evidencia constante de Su obra. El fruto no es para nuestra gloria, sino para testimonio ante el mundo y honra al Padre que nos salvó.

Juan 15:8RVR1960|En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.

Amado lector, una conversión genuina no es religión ni apariencia, es vida nueva en Cristo; el Espíritu Santo no viene a maquillarnos, sino a transformarnos desde lo profundo. Si hemos nacido de nuevo, se notará, si Cristo habita en nosotros, lo veremos en nuestras palabras, actitudes y decisiones. Hoy el Señor nos llama a examinar si nuestros frutos reflejan una verdadera conversión, porque la fe sin frutos está muerta.

Oremos juntos, Padre Celestial, gracias porque un día extendiste tu gracia y me llamaste a la vida nueva en Cristo. Te pido que examines mi corazón y arranques toda apariencia vacía. Haz de mí una tierra fértil que dé fruto abundante y que testifique de tu poder transformador; ayúdame y enséñame a caminar en obediencia y amor, para que mi vida sea una evidencia viva de que tú habitas en mí. En el nombre de Jesús, amén.

Jeremías 25:5 RVR1960|cuando decían: Volveos ahora de vuestro mal camino y de la maldad de vuestras obras, y moraréis en la tierra que os dio Jehová a vosotros y a vuestros padres para siempre;

Con amor,
Sandra Patricia Ventura

Abreviaturas de las diferentes Biblias utilizadas:
RVR1960|Reina-Valera 1960

Deja un comentario