Jueces 4:4-5 RVR1960|4 Gobernaba en aquel tiempo a Israel una mujer, Débora, profetisa, mujer de Lapidot; 5 y acostumbraba sentarse bajo la palmera de Débora, entre Ramá y Bet-el, en el monte de Efraín; y los hijos de Israel subían a ella a juicio.
A lo largo de la historia bíblica, vemos cómo Dios ha usado a mujeres para desatar Su mover en la tierra en tiempos cruciales; ellas no fueron elegidas por casualidad, sino porque cultivaron un corazón sensible a Su voz y estuvieron dispuestas a rendirse a Su voluntad. Mientras la sociedad muchas veces las limitaba o las subestimaba, el Señor las posicionó como piezas esenciales en el cumplimiento de Su plan eterno. Débora se levantó en un tiempo de opresión para dirigir y profetizar sobre Israel; Ester arriesgó su vida para salvar a su pueblo; Rut se convirtió en un eslabón clave en la genealogía del Mesías; y María, en humildad y obediencia, aceptó el reto de traer a Cristo al mundo.
Todas ellas entendieron que el mover de Dios no es exclusivo de unos pocos, sino que se manifiesta a través de quienes le rinden su vida por completo. Hoy más que nunca, el Señor está levantando mujeres dispuestas a escuchar, a levantarse con valentía y a impactar generaciones; mujeres que no buscan protagonismo humano, sino que buscan reflejar la gloria de Aquel que las llamó.

Y por esto a través de este Devocional queremos compartirle tres poderosos principios de una mujer llamada por Dios.
1. Mujeres que escuchan la voz de Dios
En tiempos donde la confusión reinaba, Débora se destacó porque sabía distinguir la voz de Dios entre el ruido de la nación; esto nos enseña que las mujeres claves para el mover de Dios no dependen de rumores ni de opiniones humanas, sino de la revelación que viene del cielo. Ana, en medio de su dolor, no se conformó con la esterilidad, sino que buscó en oración la intervención divina, ella escuchó lo que Dios podía hacer y, con su fe, dio a luz a Samuel, quien sería un profeta decisivo en Israel.
Escuchar la voz de Dios no es un acto pasivo, es una disposición constante del corazón. Requiere intimidad, disciplina espiritual y rendición. Estas mujeres desarrollaron un oído espiritual afinado que les permitió discernir tiempos y decretar palabras que marcaron destinos. Así, entendemos que el mover de Dios en la tierra empieza en la intimidad de un corazón que sabe reconocer Su voz y obedecerla, incluso cuando otros no la entienden.
1 Samuel 1:10-11RVR1960|10 ella con amargura de alma oró a Jehová, y lloró abundantemente. 11 E hizo voto, diciendo: Jehová de los ejércitos, si te dignares mirar a la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, sino que dieres a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida, y no pasará navaja sobre su cabeza.
2. Mujeres que se levantan en valentía
El llamado de Dios siempre confronta nuestra zona de comodidad. Ester tuvo que ir delante del rey sin ser llamada, aun a riesgo de perder la vida; María aceptó ser la madre del Salvador en circunstancias que podrían costarle el rechazo de su sociedad; Débora no solo profetizó, sino que salió con Barac al campo de batalla cuando él no se atrevió a ir solo.
La valentía de estas mujeres no fue ausencia de miedo, sino determinación de obedecer a Dios por encima de las consecuencias. Aquí está la clave: Cuando una mujer se levanta con valentía, inspira a otros a hacerlo. La fe de Ester salvó a su pueblo, la obediencia de María trajo al Mesías al mundo y la firmeza de Débora levantó al ejército de Israel para vencer. Dios sigue buscando mujeres que se atrevan a dar pasos en la fe, aun cuando todo parece en contra. Mujeres que entiendan que sus decisiones valientes no solo impactan su propia vida, sino que abren la puerta a la liberación de multitudes.
Jueces 4:9 RVR1960|Ella dijo: Iré contigo; mas no será tuya la gloria de la jornada que emprendes, porque en mano de mujer venderá Jehová a Sísara. Y levantándose Débora, fue con Barac a Cedes.
3. Mujeres que impactan generaciones
Una mujer que se entrega al mover de Dios no deja un impacto momentáneo, sino un legado eterno. Rut es un claro ejemplo, su fidelidad hacia Noemí no solo la llevó a redención personal, sino que la colocó en la línea de donde vendría el Mesías.
La obediencia de María no fue solo un acto personal de fe, sino la respuesta divina que transformó la historia de toda la humanidad; cuando una mujer decide rendirse al Señor, su vida se convierte en un canal de herencia espiritual para quienes vienen detrás. Ella no solo bendice a su familia inmediata, sino que siembra semillas que florecerán en generaciones futuras. Dios está levantando mujeres intercesoras, maestras, profetisas, madres espirituales que siguen levantando muros de protección para los suyos y abriendo cielos de bendición para quienes ni siquiera han nacido todavía. El mover de Dios no se limita a un momento, sino que deja huellas que se extienden con el tiempo. Por eso, una mujer clave en el reino de los cielos, entiende que su obediencia de hoy es la herencia de fe de mañana.
Amada lectora, Dios ha levantado mujeres como instrumentos claves de Su mover a lo largo de la historia, y hoy lo sigue haciendo; mujeres que escuchan, que se levantan y que dejan un legado eterno. El llamado está sobre ti. ¿Serás de aquellas que marcan una diferencia en tu generación? El Espíritu Santo busca mujeres con corazones dispuestos, y en tus manos está responder con fe y obediencia.
Oremos juntos, Padre Celestial, gracias porque tú no miras género, edad ni condición, sino corazones dispuestos, hoy me rindo a ti y declaro que quiero ser instrumento de tu mover. Hazme sensible a tu voz, dame valentía para obedecer aun en medio del temor, y permíteme sembrar semillas que impacten generaciones. Que mi vida sea un testimonio de tu gloria, y que a través de mí otros puedan encontrarte. Amén.
Mateo 27:55 RVR1960| Estaban allí muchas mujeres mirando de lejos, las cuales habían seguido a Jesús desde Galilea, sirviéndole,
Con amor,
Sandra Patricia Ventura
Abreviaturas de las diferentes Biblias utilizadas:
RVR1960|Reina-Valera 1960
Amen que el Señor nos use para servirle con amor.
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