Día 18: Religión o relación

Oseas 6:6 RVR1960|Porque misericordia quiero, y no sacrificio, y conocimiento de Dios más que holocaustos.

A lo largo de la historia bíblica, vemos que Dios nunca buscó hombres y mujeres que simplemente cumplieran rituales. Él siempre anheló un pueblo que le conociera y viviera en intimidad con Él. La religión pone al hombre en un molde de prácticas externas, mientras que la relación con Dios transforma de dentro hacia afuera. Jesús confrontó constantemente a los fariseos y escribas, quienes se aferraban a la religión, pero no conocían el corazón de Dios. Ellos cumplían con sacrificios, lavamientos y largas oraciones, pero su corazón estaba lejos del Señor. En cambio, los que se acercaban a Jesús con un corazón sincero, aunque quebrados y débiles, eran recibidos, restaurados y transformados. Hoy, en este día de ayuno, el Señor nos invita a examinar si estamos viviendo en religión, cumpliendo costumbres y tradiciones, o en relación, buscando diariamente intimidad con Él.

Principios para vivir en relación con Dios y no en religión

1. La religión busca apariencia; la relación busca verdad
La religión se enfoca en lo que los demás ven: palabras bonitas, prácticas externas y formas vacías. Es como cavar cisternas rotas que nunca pueden saciar la sed. Puedes parecer recto ante los hombres y al mismo tiempo estar seco por dentro. En cambio, la relación con Dios nos lleva a beber de la fuente de agua viva, a Cristo mismo. La relación no se trata de apariencia, sino de autenticidad; Dios no busca actores en un escenario espiritual, Él busca hijos que lo adoren en espíritu y en verdad. Una relación genuina con Dios no necesita máscaras, porque lo que fluye en lo secreto se manifiesta en lo público.

Jeremías 2:13 RVR1960|Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua.

2. La religión impone cargas; la relación trae descanso
La religión impone normas que terminan siendo una carga: haz esto, cumple aquello, aparenta lo otro, y todo esto conduce al cansancio espiritual, porque siempre exige más, pero nunca llena el corazón; es una vida de “mucho hacer” pero de “poco ser”. En cambio, la relación con Dios nos conduce a descansar en Su gracia, no significa pasividad, sino descansar en la obra consumada de Cristo; mientras la religión nos dice: Debes esforzarte para ser aceptado, la relación nos recuerda que ya somos aceptados en el Amado. La relación con Dios nos quita el peso del desempeño y nos permite vivir bajo la libertad del Espíritu Santo, y el servicio, la oración y la obediencia ya dejan de ser una carga, para convertirse en una expresión de amor.

Isaías 1:11-13 RVR1960|11 ¿Para qué me sirve, dice Jehová, la multitud de vuestros sacrificios? Hastiado estoy de holocaustos de carneros y de sebo de animales gordos; no quiero sangre de bueyes, ni de ovejas, ni de machos cabríos. 12 ¿Quién demanda esto de vuestras manos, cuando venís a presentaros delante de mí para hollar mis atrios? 13 No me traigáis más vana ofrenda; el incienso me es abominación; luna nueva y día de reposo,[a] el convocar asambleas, no lo puedo sufrir; son iniquidad vuestras fiestas solemnes.

3. La religión mata, la relación vivifica
Cuando la vida cristiana se convierte solo en letra y norma, el resultado es muerte espiritual: juicio, frialdad, condenación. La religión basada en la letra no da espacio para la misericordia ni para el fluir del Espíritu de Dios; pero una relación genuina con Él abre paso a la vida abundante que Cristo prometió. El Espíritu Santo trae frescura, poder y renovación constante, recordándonos que no vivimos por reglas muertas, sino por la vida de Cristo en nosotros; donde la religión señala y acusa, la relación restaura y levanta, donde la religión encierra y oprime, la relación libera, y aquello que la religión seca, la relación con Dios lo hace florecer.

2 Corintios 3:6 RVR1960|el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica.

Amado lector, la gran diferencia entre religión y relación está en el corazón. La religión nunca podrá salvarnos ni transformarnos; solo Cristo, a través de una relación viva, personal y constante, puede hacerlo. Hoy, en este día de ayuno, Dios no está buscando nuestros ritos, sino nuestro corazón. Más que sacrificios externos, Él quiere amor, sinceridad y un caminar diario con Él; que no nos conformemos con una vida de apariencia, sino que vivamos en la profundidad de una relación íntima con el Padre.

Oremos juntos, Padre Celestial, en este día reconozco que muchas veces me he conformado con prácticas externas, pero he descuidado mi relación contigo. Perdóname por los momentos en que busqué cumplir con la religión y no con la intimidad. Hoy te entrego mi corazón y declaro que tú eres mi fuente de vida, hazme vivir en la frescura de tu Espíritu, no en la frialdad de la letra; quiero conocerte más, amarte más y caminar cada día contigo en una relación viva y real. En el nombre de Jesús, amén.

Isaías 30:20-21 RVR1960|20 Bien que os dará el Señor pan de congoja y agua de angustia, con todo, tus maestros nunca más te serán quitados, sino que tus ojos verán a tus maestros. 21 Entonces tus oídos oirán a tus espaldas palabra que diga: Este es el camino, andad por él; y no echéis a la mano derecha, ni tampoco torzáis a la mano izquierda.

Con amor,
Sandra Patricia Ventura

Abreviaturas de las diferentes Biblias utilizadas:
RVR1960|Reina-Valera 1960

3 comentarios sobre “Día 18: Religión o relación

Deja un comentario