Daniel 9:3 RVR1960|Y volví mi rostro a Dios el Señor, buscándole en oración y ruego, en ayuno, cilicio y ceniza.
El ayuno es más que abstenerse de alimentos; es una entrega radical delante de Dios. En las Escrituras, el ayuno está ligado a momentos decisivos en los que se requería la intervención divina, ya sea para recibir protección, restaurar al pueblo o enfrentar grandes batallas. El ayuno no cambia a Dios, nos cambia a nosotros, afina el espíritu, disciplina la carne y abre los cielos para que el Reino de Dios se manifieste con poder. Cuando el creyente ayuna con un corazón sincero, se producen transformaciones profundas, las cadenas se rompen, las oraciones son escuchadas y la presencia de Dios se manifiesta de manera tangible. El ayuno nos despoja de toda autosuficiencia y nos coloca en un lugar de dependencia absoluta del Señor.

Principios del poder del ayuno
1. El ayuno abre puertas de favor y protección divina
Cuando Esdras lideraba el retorno de los exiliados a Jerusalén, necesitaban cruzar territorios llenos de enemigos y asaltantes; no había caballería ni ejército que los defendiera; su confianza estaba en el Señor. El ayuno fue la llave que abrió la puerta a la protección divina, enseñandonos que el ayuno no solo protege nuestra vida espiritual, sino también nuestras familias, finanzas y caminos. Cuando ayunamos, declaramos que nuestra seguridad no depende de la fuerza humana, sino de la cobertura de Dios. El ayuno nos conecta con el favor divino que abre puertas que nadie puede cerrar y cierra puertas que podrían dañarnos.
Esdras 8:21 RVR1960|Y publiqué ayuno allí junto al río Ahava, para afligirnos delante de nuestro Dios, para solicitar de él camino derecho para nosotros, y para nuestros niños, y para todos nuestros bienes.
2. El ayuno restaura el altar espiritual y atrae misericordia
El pueblo había caído en pecado y necesitaba arrepentirse. El ayuno se convirtió en la expresión de un corazón quebrantado que reconocía su falta delante de Dios. No fue un acto externo, sino un clamor que brotó desde lo más profundo del alma. El ayuno verdadero es un altar donde se derrama el corazón, allí el fuego de la misericordia divina desciende y consume la culpa, trayendo restauración y reconciliación. En nuestra vida, el ayuno nos ayuda a identificar lo que está mal, a arrancar de raíz lo que estorba y a permitir que Dios restaure lo que se había perdido; el ayuno limpia, renueva y hace posible que el Espíritu Santo habite en plenitud en nosotros.
Esdras 10:9-10 RVR1960|9 Así todos los hombres de Judá y de Benjamín se reunieron en Jerusalén dentro de los tres días, a los veinte días del mes, que era el mes noveno; y se sentó todo el pueblo en la plaza de la casa de Dios, temblando con motivo de aquel asunto, y a causa de la lluvia. 10 Y se levantó el sacerdote Esdras y les dijo: Vosotros habéis pecado, por cuanto tomasteis mujeres extranjeras, añadiendo así sobre el pecado de Israel.
3. El ayuno rompe cadenas espirituales y abre camino para la victoria
El rey Josafat enfrentaba un ejército numeroso imposible de vencer con sus propias fuerzas, su respuesta no fue preparar armas, sino proclamar un ayuno. En ese ambiente de rendición, el Espíritu del Señor habló y declaró que la batalla no era de ellos, sino de Dios, enseñándonos que el ayuno es un arma de guerra espiritual que traslada la lucha del terreno humano al terreno divino. El ayuno nos libera de la ansiedad, del miedo y de la carga de pelear solos; colocandonos en una posición de confianza total donde Dios pelea nuestras batallas. Así como Judá obtuvo victoria sin disparar una flecha, también nosotros veremos a Dios actuar en nuestras guerras cuando ayunamos con fe.
2 Crónicas 20:3 RVR1960|Entonces él tuvo temor; y Josafat humilló su rostro para consultar a Jehová, e hizo pregonar ayuno a todo Judá.
Amado lector, El ayuno es una de las armas más poderosas que tenemos como hijos de Dios; abre el cielo sobre nuestras vidas, trae favor y protección, restaura lo que estaba quebrado y nos da victoria sobre enemigos que parecen imposibles de vencer. Cuando el ayuno se mezcla con oración sincera y obediencia, lo imposible se vuelve posible. El Señor nos llama a redescubrir el poder del ayuno, no como un ritual religioso, ni cómo una dieta para bajar de peso, sino como un estilo de vida de dependencia, humillación y fe. Allí, en el quebranto, la gloria de Dios se manifestará.
Oremos juntos, Padre Celestial, gracias porque nos enseñas que el ayuno es un canal para experimentar tu poder y tu misericordia, hoy rindo mis fuerzas, mi voluntad y mis cargas delante de ti; te pido que a través de este ayuno abras las puertas de favor que necesito, guardes a mi familia, restaures mi corazón y pelees mis batallas, que cada día de ayuno me acerque más a ti y me transforme en un vaso útil en tus manos. En el nombre de Jesús, amén.
Zacarías 8:19 RVR1960|Así ha dicho Jehová de los ejércitos: El ayuno del cuarto mes, el ayuno del quinto, el ayuno del séptimo, y el ayuno del décimo, se convertirán para la casa de Judá en gozo y alegría, y en festivas solemnidades. Amad, pues, la verdad y la paz.
Con amor,
Sandra Patricia Ventura
Abreviaturas de las diferentes Biblias utilizadas:
RVR1960|Reina-Valera 1960