Día 3: Cuidando las ovejas del Señor

Juan 21:15-17 RVR1960|15 Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que estos? Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Él le dijo: Apacienta mis corderos. 16 Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Le dijo: Pastorea mis ovejas. 17 Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas.

El ayuno es un tiempo en el que Dios alinea nuestro corazón con el suyo. Y uno de los tesoros más valiosos del Señor son sus ovejas, aquellos que han creído en Él, así como los que todavía están fuera del redil y necesitan ser alcanzados. Jesús le preguntó a Pedro tres veces: ¿Me amas? Y en cada respuesta, el Señor le encomendó una asignación: Apacentar y cuidar sus ovejas. Esto nos muestra que la verdadera prueba del amor a Cristo no se mide solo en palabras o cantos, sino en cómo tratamos, cuidamos y amamos a los demás.

Principios sobre cuidar las ovejas del Señor

1- El cuidado de las ovejas nace del amor a Cristo.
Jesús no le dijo a Pedro: ¿Amas a las ovejas?, sino: ¿Me amas?. El servicio a los demás fluye de nuestro amor por Jesús. Entre más le amamos, más nos importará el bienestar espiritual, emocional y físico de los que nos rodean. Cuidar a una oveja del Señor puede ser orar por ella, escucharla, animarla, corregirla con amor o extenderle la mano cuando tropieza.

2- Las ovejas del Señor son suyas, no nuestras.
Pedro debía entender que las ovejas pertenecen a Cristo, no al hombre. Somos sólo administradores y pastores bajo la guía del Buen Pastor. Eso significa que debemos cuidarlas con humildad, sin manipulación, sin imponer cargas pesadas, sino guiándolas con paciencia y ejemplo. 

Recordemos las palabras de 1 Pedro 5:2-3: Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto;  no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey.

3- El cuidado de las ovejas requiere sacrificio.
Cuidar ovejas no siempre es fácil; algunas son débiles, otras rebeldes, otras se extravían; pero Jesús nos mostró el modelo perfecto: El buen pastor su vida da por las ovejas. Esto implica estar dispuestos a sacrificar tiempo, comodidades y aun intereses personales por el bienestar del pueblo de Dios. El verdadero amor se demuestra en la entrega, y no en palabras.

Juan 10:11 RVR1960|Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.

Amado lector, pregúntate: ¿Amo al Señor lo suficiente como para cuidar a mis hermanos? ¿Estoy dispuesto a orar, a visitar, a escuchar y a servir? ¿O me he limitado a pensar solo en mí mismo? El amor a Cristo siempre se reflejará en cómo tratamos a los demás.

Oremos juntos, Padre Celestial, gracias por recordarnos que tu corazón late por tus ovejas. Hoy te pedimos que pongas en nosotros un amor profundo por ti, que se traduzca en un amor genuino hacia nuestros hermanos. Enséñanos a cuidar, servir, animar y guiar con paciencia, recordando que las ovejas son tuyas. Haznos instrumentos de consuelo y bendición en tu rebaño. En el nombre de Jesús, amén.

Hebreos 13:20-21 RVR1960|20 Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno, 21 os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Con amor,
Sandra Patricia Ventura

Abreviaturas de las diferentes Biblias utilizadas:
RVR1960|Reina-Valera 1960

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