Dios puede hacerlo de nuevo

Isaías 43:18-19 RVR1960|18 No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas. 19 He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad.

El cierre de un capítulo, pero el inicio de muchos milagros en tu matrimonio. Durante toda esta semana hemos hablado sobre el matrimonio: de la fidelidad, del perdón, del respeto, del pacto, de las heridas, de las excusas, y de las segundas oportunidades. No hemos maquillado el dolor, tampoco hemos endulzado la verdad; pero si algo ha sido constante en cada palabra escrita, ha sido esta certeza: Dios aún puede restaurar lo que tú creías que ya no tenía arreglo.

Eclesiastés 3:15 RVR1960|Aquello que fue, ya es; y lo que ha de ser, fue ya; y Dios restaura lo que pasó.

Hoy quiero terminar esta serie con algo más que una reflexión. Quiero cerrarla con esperanza, con un mensaje de carne y hueso; con el testimonio de una pareja que decidió no rendirse, sino que dejó de pelear entre sí, identificando quién era su verdadero enemigo y comenzaron a pelear juntos, pero de rodillas.

Por privacidad de la pareja, cambiamos sus nombres: Estuvimos a punto de divorciarnos, pero Dios nos rescató. Y esta es la historia de Juan y su esposa Karla: Llegamos al borde del divorcio después de 12 años de matrimonio. Yo había caído en una infidelidad emocional y financiera con una compañera de trabajo. Nunca llegamos a lo físico, pero mi corazón ya no le pertenecía solo a mi esposa; y ella lo descubrió. Fue un tiempo de caos, gritos, llanto, silencio, rabia, reclamos, insomnios, llegamos a convencernos que el daño era irreversible e irreparable. Dormíamos en cuartos separados, no hablábamos más que lo básico por los niños. Íbamos a la iglesia, pero yo iba por compromiso, ella lloraba en todos los cultos, pero yo me mantenía frío. Hasta que un día, el pastor predicó sobre la restauración del altar familiar, ese día, esa Palabra penetró a mi vida, rompió con la dureza de mi corazón, fue cómo si me hubieran quitado la venda de los ojos. Fue cuando me di cuenta que estaba cometiendo un error, me preguntaba: ¿Que estoy haciendo? Al llegar a casa, no podía hacer otra cosa que pedirle a Karla que me perdonara, que oráramos. Fue corto, torpe y lleno de lágrimas, pero fue el inicio de nuestra sanidad. 

Comenzamos a hablar, a confesar, a sanar. Le pedí perdón también a mis hijos, estaba envuelto en mi burbuja y no sabía el daño que le había hecho a mi familia. Buscamos consejería cristiana, nos comprometimos a dejar el pasado atrás y a empezar a trabajar juntos. ¿Fue fácil? No, pero hoy puedo decirte que lo logramos; no porque fuimos fuertes, sino porque Dios fue real. Ahora oramos cada día juntos, sabemos la importancia del altar familiar. Agradezco cada día a Dios que no nos rendimos, y por las personas que se pusieron a orar por nosotros. Fue duro, pero valió la pena.

Salmos 147:3 RVR1960| Él sana a los quebrantados de corazón, Y venda sus heridas.

Restauración no significa volver al pasado, sino construir algo nuevo. Muchos piensan que perdonar es regresar a como estaban antes; pero la verdad es que, si Dios va a restaurar tu matrimonio, Él no te llevará al pasado, te llevará a una versión nueva, más madura, más sólida, más espiritual de tu relación. No se trata de olvidar, sino de aprender; no se trata de encubrir, sino de sanar; no se trata de que uno cambie mientras el otro espera, sino de que ambos se entreguen de nuevo al proceso.

¿Y si esta serie fue para ti? Puede que hayas leído cada devocional sin contarle a nadie. Puede que tu matrimonio esté bien, pero conoces a alguien que necesita leer esto. O tal vez tú eres esa persona que ha estado aguantando, llorando en silencio, buscando una señal, este devocional es esa señal. Dios no te ha abandonado, deja de pelear esta batalla solo, invitalo y déjalo a Él obrar. 

Isaías 58:12 RVR1960|Y los tuyos edificarán las ruinas antiguas; los cimientos de generación y generación levantarás, y serás llamado reparador de portillos, restaurador de calzadas para habitar.

Amado lector, no te vayas igual, termina orando. Antes de cerrar esta página, tómate de la mano con tu esposo o esposa si puedes. O escribe su nombre y ora por él o ella. Pídele al Señor que vuelva a ser el centro de su matrimonio, que esta serie no sea sólo información, sino el combustible de una restauración verdadera. Y si aún estás en lucha, no calles, pide ayuda. Busca consejería, es tiempo de luchar con las armas correctas, no de huir. Cuando Dios es invitado, el amor resucita. El matrimonio fue idea de Él, no está pasado de moda, está bendecido, respaldado y cubierto por el cielo. Pero requiere compromiso, oración, humildad y perdón. Gracias por acompañarnos toda esta semana. Si este contenido tocó tu vida, compártelo. Puede ser la esperanza que otro necesita para no rendirse. Dios te bendiga.

1 Corintios 13:7 RVR1960|Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.

Con amor,
Sandra Patricia Ventura

Abreviaturas de las diferentes Biblias utilizadas:
RVR1960|Reina-Valera 1960

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