Cuando la infidelidad entra a la habitación

Hebreos 13:4 RVR1960|Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios.

En estos días, los titulares se llenan de escándalos entre figuras públicas, ejecutivos, artistas o empresarios que terminan envueltos en relaciones prohibidas. Y lo más alarmante no es la infidelidad, sino la cantidad de opiniones que tratan de justificarla: Eso pasa, el amor se acabó, cada quien busca su felicidad, ojos que no ven; tratando de ponerle un paño que trate de ocultar la falta. Lo que el mundo excusa, Dios lo llama pecado,  y aún así, Él quiere restaurarlo. La sociedad se ha vuelto experta en suavizar el pecado con frases elegantes. Pero lo que el mundo llama romance clandestino o affaire, la Palabra de Dios lo llama adulterio. Y aunque el mundo haya normalizado este dolor, en el corazón del que lo experimenta sigue doliendo.

La cama compartida, y el corazón dividido; pero la infidelidad no comienza en la cama, comienza en el corazón. Empieza cuando se deja de cuidar la intimidad del alma, cuando se permite que otro u otra ocupe el lugar que solo le pertenece al cónyuge. Como pastora he visto algo repetirse muchas veces, y el dolor de la traición no sólo hiere el alma del que fue traicionado, sino que ocurre un rompimiento también en la estructura espiritual del matrimonio. El adulterio no solo viola un pacto entre dos personas, sino que quiebra un pacto hecho delante de Dios.

Proverbios 6:32 RVR1960|Mas el que comete adulterio es falto de entendimiento; Corrompe su alma el que tal hace.

¿Y si nadie lo sabe? El mundo dice: Lo que no se sabe, no hace daño, nos bañamos y no pasa nada. Pero la Palabra responde en Hebreos 4:13| No hay nada en toda la creación que esté oculto a Dios. Todo está desnudo y expuesto ante sus ojos; y es a él a quien rendimos cuentas. Puede que nadie se entere, puede que todo esté perfectamente encubierto, pero el alma lo siente, el Espíritu Santo se contrista, y la relación con Dios se enfría. Hay quienes siguen predicando, liderando, aconsejando, trabajando, sonriendo, mientras la infidelidad emocional,  física o financiera duerme con ellos cada noche. Lo que se oculta en la oscuridad, Dios lo sacará a la luz para restaurar.

Salmos 51:10-12 RVR1960| 10 Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí. 11 No me eches de delante de ti, Y no quites de mí tu santo Espíritu. 12 Vuélveme el gozo de tu salvación, Y espíritu noble me sustente.

¿Hay esperanza después del adulterio? Sí. La gracia de Dios es real y poderosa. El mismo Dios que confrontó el pecado de David, también lo perdonó y restauró cuando hubo arrepentimiento genuino (Leer Salmo 51). Dios no está buscando perfectos, está buscando sinceros. Si has sido infiel, aún puedes volver; no solo a la vida de tu pareja, sino al corazón de Dios, pero tienes que arrepentirte, tienes que detenerte, tienes que confesar, cerrar esa puerta ahora mismo, antes de que destruya lo que tanto te costó construir. Si has sido traicionado, Dios también quiere restaurarte, Él no desconoce tu dolor, Él ve tus lágrimas; Él tiene poder para restaurar lo que fue quebrado, si ambos corazones se rinden a Su voluntad. Las emociones no anulan la responsabilidad espiritual; en el Reino de Dios, el amor no se mide por emociones, sino por obediencia, y aunque muchos usen el dolor como excusa, Dios sigue llamando al arrepentimiento, no al autoengaño.

1 Juan 1:9 RVR1960|Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.

Amado lector, no hay cama que Dios no pueda santificar, si el corazón se quebranta. Puede que la infidelidad haya entrado a tu cama, puede que la herida esté abierta, pero Dios sigue siendo el Dios que sana matrimonios, restaura pactos y limpia lechos contaminados. No justifiques lo injustificable, no calles lo que debe ser confesado, ni mucho menos eches la culpa a terceros de tus actos, no pierdas tu hogar por un deseo momentáneo, vuelve al pacto, no vale la pena arriesgar todo lo que Dios te ha entregado. Vuelve al altar, reconoce tu pecado y ríndete a Dios. Amén

Efesios 5:3 NVI|3 Entre ustedes ni siquiera debe mencionarse la inmoralidad sexual ni ninguna clase de impureza o de avaricia, porque eso no es propio del pueblo santo de Dios. 4 Tampoco debe haber palabras indecentes, conversaciones necias ni chistes groseros, todo lo cual está fuera de lugar; haya más bien acción de gracias.

Con amor,
Sandra Patricia Ventura

Abreviaturas de las diferentes Biblias utilizadas:
RVR1960|Reina-Valera 1960
NTV|Nueva Traducción Viviente
NVI|Nueva Versión Internacional

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