Ya fue desenmascarado, el enemigo no tiene la última palabra

Colosenses 2:14-15 RVR1960|14 anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, 15 y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.

Hay algo que todo creyente debe saber con certeza para mantenerse firme, y es: el enemigo ya fue desenmascarado, desarmado y derrotado. Esta guerra espiritual que peleamos no se libra para ganar la victoria, sino desde la victoria que Cristo ya ganó.

En la cruz del Calvario, ocurrió algo más que la redención de nuestros pecados. La Biblia narra que Jesús despojó a los principados y potestades, eso significa que los dejó sin autoridad, sin armas, sin poder legal sobre nosotros. Y no solo los venció, sino que los exhibió públicamente, como un general victorioso que muestra a su pueblo los enemigos encadenados detrás del carro de triunfo. 

El verbo griego que se usa para exhibir públicamente es: deigmatízō (δειγματίζω), que no significa solo mostrar, sino exponer con vergüenza, exhibir como un espectáculo para ser humillado y deshonrado frente a todos. Era un término usado en la cultura grecorromana cuando un ejército conquistador desfilaba por las calles con los prisioneros de guerra encadenados, mostrando su derrota para que todo el pueblo viera que ya no tenían poder ni autoridad. En otras palabras, Cristo no venció en secreto, Su victoria no fue un hecho silencioso ni escondido en las sombras, fue un acto único, un juicio público en el tribunal universal. Cuando Jesús murió en la cruz y resucitó, no solo pagó por nuestros pecados, sino que dejó al enemigo expuesto, desnudo y avergonzado. El enemigo no tiene poder, ni autoridad sobre ti.

Efesios 1:20-22 RVR1960| 20 la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, 21 sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no solo en este siglo, sino también en el venidero; 22 y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia,

Fue un espectáculo tan glorioso que los ángeles lo vieron y adoraron; los demonios lo vieron y temblaron, el cielo se estremeció, la tierra tembló, y el infierno nunca lo olvidó, porque ese día, Jesús hizo pública la derrota de Satanás y le quitó el derecho legal de acusar, de atar, de dominar a los hijos de Dios. Fuimos redimidos por la Sangre de Jesús.

Cada vez que el enemigo viene a intimidarte o a recordarte tu pasado, recuerda que él mismo fue exhibido en la cruz como vencido, el rugido de Cristo en la victoria sigue resonando en la eternidad, declarando que la autoridad suprema pertenece a Jesús, ¡Y nada ni nadie puede revocar ese decreto! Entonces, ¿por qué muchas veces vivimos como si fuéramos víctimas y no vencedores? Porque aunque Satanás no tiene autoridad real, aún tiene algo que intenta usar: el engaño. Él opera en tinieblas, en la ignorancia, en la confusión. Su poder está en el terreno de las mentiras que las personas creen. Por eso, cuando tú lo desenmascaras con la verdad de la Palabra, queda neutralizado, y sin legalidad para operar sobre ti. Eres libre, Jesucristo te libertó. 

Apocalipsis 12:10-11 RVR1960| 10 Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche. 11 Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte.

En esta serie hemos arrancado sus máscaras: La del desánimo que paraliza, La del temor que grita más fuerte que la fe, La de la culpa persistente, La de las distracciones disfrazadas de deber, La de la soledad que no es más que ilusión, La del pasado usado como ancla, La acusación constante que busca separarte del amor de Dios. ¡Pero hoy se termina el espectáculo del engaño! Hoy declaramos que el telón ha caído, que la farsa ha sido expuesta y el enemigo ha sido desenmascarado. 

Amado lector, tú no eres una víctima indefensa, eres un hijo del Rey de Reyes, un guerrero, un portador de la verdad, y el enemigo te teme cuando sabes quién eres y a quién sirves. No camines más con la cabeza baja, no ores más con miedo en el corazón, no escuches más los susurros del infierno como si tuvieran autoridad sobre tu destino, porque el León de la tribu de Judá ha rugido, y su rugido retumba por la eternidad. Él venció, y en Él, tú también has vencido. Oremos juntos, Padre Celestial, gracias porque la cruz fue el juicio y la victoria final. Gracias porque tu Hijo desenmascaró y desarmó todo el poder de las tinieblas; hoy camino en esa verdad, rechazo toda culpa, toda mentira, todo temor, toda acusación, y empuño tu Palabra como mi espada,  desde hoy, no lucho como quien quiere ganar, sino como quien ya ha vencido en el nombre de Jesús, amén.

1 Juan 4:4 RVR1960|Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo.

Con amor,
Sandra Patricia Ventura

Abreviaturas de las diferentes Biblias utilizadas:
RVR1960|Reina-Valera 1960

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