Isaías 57:15 RVR1960|Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados.
Vivimos en un mundo que valora lo fuerte, lo exitoso, lo visible. Muchas veces sentimos que para que Dios nos escuche o nos use, tenemos que tener todo en orden, estar bien espiritualmente, emocionalmente, físicamente, e incluso hasta financieramente. Pero el mensaje del profeta Isaías nos derriba esos argumentos humanos y nos revela una verdad gloriosa: Dios, el Altísimo, el Poderoso, el que habita en la eternidad, no se aleja de los que están quebrantados, sino que se acerca más, para vivificar su espíritu. Son ellos los que atraen la presencia de Dios a la tierra.

Este versículo es un bálsamo para las almas cansadas, heridas y humilladas. Nos recuerda que cuando ya no podemos más, cuando se nos acaba la fuerza, cuando solo quedan lágrimas… Dios no se va, Dios se queda. Más aún, Él elige habitar con nosotros. Su presencia no está reservada para los que aparentan perfección, sino para los que le buscan con un corazón sincero. No importa cuán roto te sientas hoy, si tu corazón está dispuesto y rendido, el Dios de lo alto estará contigo.
Isaías 66:2 RVR1960| Mi mano hizo todas estas cosas, y así todas estas cosas fueron, dice Jehová; pero miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra.
Un Dios alto que se inclina
El profeta utiliza un lenguaje majestuoso para describir a Dios: El Alto y Sublime, el que habita la eternidad, cuyo nombre es el Santo. Esto nos recuerda su soberanía, su poder, su gloria inigualable. Es el Dios que está sobre todo y todos, separado del pecado, perfecto en santidad. Sin embargo, este mismo Dios nos sorprende con una declaración: Él habita con el quebrantado y humilde de espíritu. ¡Qué contraste tan poderoso! El Dios del cielo no está buscando personas autosuficientes, sino corazones que se rinden ante Él. No busca altivez, sino humildad. No busca máscaras, sino verdad. Él no desprecia el quebranto, sino que lo honra.
Salmo 34:18 RVR1960|Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón; Y salva a los contritos de espíritu.
Dios está cerca de ti cuando más lo necesitas. En medio del dolor, la pérdida, la frustración o el fracaso, Él no se aleja; Él se acerca para levantar lo que está caído, sanar lo que está herido y restaurar lo que parecía perdido. Cuando Jesús caminó por la tierra, también manifestó este mismo carácter. No vino por los sanos, sino por los enfermos; no vino por los justos, sino por los pecadores (Leer Lucas 5:31-32). Su amor siempre ha estado enfocado en aquellos que reconocen su necesidad de Él.
El Señor no solo quiere consolarte en tu quebranto, ¡quiere vivificarte! La Palabra dice que Él habita con el humilde y quebrantado para hacer vivir su espíritu. En otras palabras, Él quiere que resurjas, que cobres ánimo, que experimentes un renuevo en tu interior; pero para que eso ocurra, debes tomar una decisión: humillarte delante de Dios y abrirle tu corazón. Ríndete por completo. No luches más en tus fuerzas. No te escondas detrás del orgullo o la apariencia. Corre al lugar secreto, allí donde nadie te ve, y clama al Padre con sinceridad. Él está esperando ese encuentro contigo.
Jeremías 29:13 RVR1960|y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón.
Es tiempo de acción. No basta con saber que Dios está cerca; hay que buscarlo, abrirle el corazón, dejar que su luz entre en las áreas oscuras de tu alma y permitir que su Espíritu Santo sane y restaure.
Amado lector, el mensaje del profeta Isaias es una declaración de amor incondicional. Dios no te desecha por estar quebrantado. Al contrario, Él se acerca más. Lo que para el mundo es señal de debilidad, para Dios es tierra fértil donde puede obrar su gloria. No temas estar quebrantado, porque ahí es donde Él habita. Tu dolor no es en vano, y tu humildad es el inicio de tu sanidad, es el lugar donde Dios levantará algo nuevo. Lo que ahora parece ruina, será el testimonio de su poder restaurador. El Dios que habita en la altura también habita en tu interior cuando te entregas a Él. ¡No estás solo! Él camina contigo, y te levantará con su poder.
2 Corintios 12:9 RVR1960|Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.
Oremos juntos, Padre Celestial, hoy me presento delante de ti reconociendo mi fragilidad. Estoy quebrantado, herido, cansado, pero sé que tú no desprecias un corazón contrito. Gracias por tu fidelidad, por estar cerca en mis momentos más oscuros. Te entrego todo lo que soy, mis miedos, mis heridas, mis fracasos. Vivifica mi espíritu, Señor. Restaura lo que está roto en mí. Haz de mi dolor y mi debilidad una historia de victoria para tu gloria. En el nombre poderoso de Jesús. Amén.
Jeremías 17:14 RVR1960|Sáname, oh Jehová, y seré sano; sálvame, y seré salvo; porque tú eres mi alabanza.
Con amor,
Sandra Patricia Ventura
Abreviaturas de las diferentes Biblias utilizadas:
RVR1960|Reina-Valera 1960