En las manos del Alfarero

Dios se revela a Jeremías en la casa del alfarero, mostrando cómo transforma el barro en nuevas vasijas. A pesar de nuestras fallas, Él no nos deshecha, sino que nos moldea con amor y paciencia. Permitir que Dios trabaje en nosotros renueva nuestra esperanza y nos acerca a Su propósito, haciéndonos útiles en Su reino.