Preparadas para el Rey

Ester 2:12 RVR1960| Y cuando llegaba el tiempo de cada una de las doncellas para venir al rey Asuero, después de haber estado doce meses conforme a la ley acerca de las mujeres, pues así se cumplía el tiempo de sus atavíos, esto es, seis meses con óleo de mirra y seis meses con perfumes aromáticos y afeites de mujeres,

No entras al palacio como saliste del campo. Antes de que Ester se presentara delante del rey Asuero, fue llevada a un proceso que duró doce meses, dividido en dos estaciones: seis meses con mirra y seis meses con perfumes. Esto no era simplemente un tratamiento de belleza; era una transformación espiritual, emocional y física que marcaba el inicio de una nueva identidad. Ester pasó de ser una huérfana común, a ser una reina ungida. Pero el trono no vino sin primero pasar por el fuego purificador de la preparación. Y así como ella, tú no puedes presentarte delante del Rey sin haber sido procesada. Porque ante nuestro Dios no se entra con las ropas del dolor, sino con vestiduras de honra. El proceso duele, pero sana. La mirra era una resina amarga, usada en la antigüedad para limpiar heridas, desinfectar el cuerpo y preparar a las personas para la purificación. Ester fue sumergida por seis meses en mirra, simbolizando un tiempo de sanidad interior, quebranto, confrontación, y desintoxicación del alma. 

¿Has tenido temporadas amargas? ¿Te has sentido vacía, rota o rechazada? ¿Te has preguntado por qué parece que Dios está en silencio? No estás siendo castigada, sino que estás siendo purificada. La mirra representa esos procesos que nos hacen llorar, esos momentos donde parece que Dios no está, pero en realidad está trabajando profundamente en nuestro interior. Cada etapa de dolor está soltando lo que no puedes llevar al palacio. El Rey no busca heridas expuestas, sino corazones sanos para gobernar con Él.

Salmo 119:67 RVR1960| Antes que fuera yo humillado, descarriado andaba; Mas ahora guardo tu palabra.

Después de ser purificada con mirra, Ester pasó seis meses más entre perfumes, esencias suaves y aceites aromáticos. Era su tiempo de embellecimiento, de gracia, de resplandor. Dios no solo quiere sanarte, quiere adornarte.  Él no solo quiere que superes tu pasado, quiere que camines con autoridad y belleza espiritual. Tu quebranto no será tu ropa eterna, porque después del llanto viene el perfume de la honra. Dios está restaurando tu brillo. Está devolviéndote la risa. Está recordándote que no eres cualquier mujer. Eres hija del Rey, y cuando Él te llame, estarás lista, fragante, y vestida de gracia y favor.

Isaías 61:3 DHH| a dar a los afligidos de Sión una corona en vez de ceniza, perfume de alegría en vez de llanto, cantos de alabanza en vez de desesperación. Los llamarán «robles victoriosos», plantados por el Señor para mostrar su gloria.

Una identidad restaurada: de huérfana a reina
Muchos han vivido tanto tiempo en el desierto, que se les ha olvidado quiénes son. Han dejado de cuidar su apariencia, de soñar, de hablar con amor de sí mismas. Han caído en el engaño del enemigo, creyendo que no valen, que no pueden, que no merecen. Pero el Espíritu Santo hoy te recuerda: No eres una esclava del pasado. Eres una reina en formación. ¡Vuelve a pulirte, hija! No es vanidad, es obediencia. No es orgullo, es reverencia. No es para impresionar a los hombres, es para presentarte dignamente delante del Rey.

Romanos 8:16 RVR1960|El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.

Es tiempo de prepararte. Si por causa del dolor te descuidaste, si el proceso te hizo apagar tu luz, si te creíste que tu historia ya no tiene valor, es tiempo de volver a altar, de cuidarte, de orar, de ungir tu cabeza, de prepararte para el encuentro con tu Rey. Porque el proceso no es para destruirte, es para revelar la reina que hay en ti.

Amado lector, no más inferioridad. No más oscuridad, Tu valor no lo define lo que pasaste. Tu belleza no depende de lo que los demás piensen. Tu identidad no se basa en tu pasado. Eres Ester. Elegida. Procesada. Perfumada delante del Rey.  Y aunque hoy estés en medio de la mirra, mañana el Rey extenderá su cetro y te dará gracia. No te presentes delante del Rey como cualquier cosa.  Preséntate como lo que eres: su hija amada, una reina en preparación.

Oremos juntas, Padre Celestial, gracias porque en cada estación de mi vida estás obrando. Gracias por la mirra que me sana, aunque duela. Gracias por los perfumes que anuncian una nueva temporada de favor. Hoy renuncio a toda baja autoestima, a toda voz que me ha hecho creer que no valgo o que no merezco. Rechazo toda identidad de esclava, y abrazo mi identidad de hija del Rey. Ayúdame a valorarme, a cuidar de mi, a prepararme y adornarme con tu gracia. Que cuando llegue mi momento, pueda presentarme dignamente ante ti, sabiendo que fui formada en el proceso. Todo esto te lo pido, en el nombre de Jesús. Amén.

Ezequiel 16:10-13 DHH| 10 te puse un vestido de bellos colores y sandalias de cuero fino; te di un cinturón de lino y un vestido de finos tejidos; 11 te adorné con joyas, te puse brazaletes en los brazos y un collar en el cuello; 12 te puse un anillo en la nariz, aretes en las orejas y una hermosa corona en la cabeza. 13 Quedaste cubierta de oro y plata; tus vestidos eran de lino, de finos tejidos y de telas de bellos colores. Te alimentabas con el mejor pan, y con miel y aceite de oliva. Llegaste a ser muy hermosa: te convertiste en una reina.

Con amor,
Sandra Patricia Ventura

Abreviaturas de las diferentes Biblias utilizadas:
RVR1960|Reina-Valera 1960
DHH|Dios Habla Hoy

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