Dios reconoce tu trabajo

Mateo 11:28 RVR1960|Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.

Hoy había decidido no escribir… Es feriado, 1 de mayo. Pensé: «No quiero llenar sus bandejas de mensajes, es un día para descansar». Pero aquí estoy, sentada en la sala de mi casa, en plena madrugada, aun trabajando en proyectos, cosas de la casa y tratando de ponerme al día con mi capacitación, con muchas horas despierta… Y con el corazón lleno, que no puedo callar lo que siento; no puedo dejar pasar la oportunidad de hablarle a tu corazón.

Hoy se celebra el Día del Trabajador. Y aunque muchos recibirán homenajes y palabras bonitas, yo quiero que tú, mujer, recibas este reconocimiento especial. Porque tu trabajo muchas veces no se mide por un horario, ni tiene salario, ni días libres…Porque hay jornadas que inician antes del amanecer y terminan muy entrada la noche. Porque sigues, aunque estés cansada. Porque amas, aunque no siempre recibas agradecimiento. Porque callas para no herir, y a veces tu silencio termina hiriendo a los que amas.
 

Porque lloras a escondidas, pero sonríes al salir. Porque llevas la carga sin que nadie lo note, y aún así no dejas caer a los que amas. Tú, que trabajas fuera de casa o dentro de ella (¡o en ambos lugares!). Tú, que sigues capacitandote, que sirves, que sueñas y oras. Tú, que a veces sientes que te partes en mil pedazos para que otros estén completos.

Hoy quiero recordarte: Dios ve cada esfuerzo, cada lágrima, cada gesto de amor. Nada pasa desapercibido para Él. Tu cansancio, tu entrega, tu corazón, todo está guardado en Su memoria. Y Él, que es justo, no olvidará jamás lo que has hecho con amor.

La Biblia en Proverbios 31 habla de ti, mujer: Se levanta aún de noche y da comida a su familia… fuerza y honor son su vestidura… y se ríe de lo por venir. Mujer, tu trabajo es una adoración. Cada plato que lavas, cada jornada que trabajas, cada oración que haces por tu familia, amigos, conocidos y desconocidos,  cada lágrima que escondes, todo eso… también es ministerio.

Aunque muchos no lo vean, Dios sí lo ve. No eres invisible. No estás sola. Tu valor no lo define lo que haces, sino quién eres en Dios.  Y Él no es injusto para olvidar tu obra. Tu recompensa viene de lo alto. No de los hombres, sino del cielo. Y Él dice que eres valiosa, fuerte, digna, capaz, amada. Y cuando sientas que nadie nota tu esfuerzo, recuerda que el cielo sí toma nota. Hoy, te abrazo desde la distancia. Te bendigo, y te digo con todo el corazón: Gracias por no rendirte, sigue sosteniéndote en el Señor, eres más que vencedora. Amén.

Hebreos 6:10 RVR1960| Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún.

Con amor,
Sandra Patricia Ventura

Abreviaturas de las diferentes Biblias utilizadas:
RVR1960|Reina-Valera 1960

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