Nada queda oculto, todo siempre sale a la luz

Salmos 42:5 RVR1960|¿Por qué te abates, oh alma mía, Y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío.

Hay momentos en la vida en los que el alma se quiebra en silencio. Son esos instantes en los que una traición, un engaño o una mentira nos sorprenden como un balde de agua fría. Lo que creíamos firme se tambalea, lo que pensábamos seguro se rompe, y lo que dábamos por verdadero queda al descubierto, provocándonos una gran desilusión.

Cuando alguien en quien confiamos nos falla, quedamos enmudecidos. No sabemos cómo reaccionar. Las preguntas inundan la mente: ¿Por qué a mí? ¿Cómo no lo vi venir? ¿Por qué no fue transparente? ¿Cómo pudo fingir tan bien?  Y el silencio parece ser la única respuesta. Pero en medio de ese dolor, sentimos un vacío que no se llena con explicaciones ni con disculpas. El corazón busca consuelo, pero las palabras humanas se quedan cortas. Sin embargo, es allí donde Dios entra en escena. Cuando todo se vuelve oscuro, Él es la luz que no se apaga. Cuando nadie tiene respuestas, Él trae esa paz que sobrepasa todo entendimiento. Cuando el dolor nos paraliza, Él nos toma de la mano y nos levanta.

Filipenses 4:7 RVR1960| Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.

Dios te entiende y está de tu lado
Puede que en este momento sientas que nadie comprende la profundidad de tu decepción. Que aunque lo expliques, nadie logra captar cuánto te duele. Pero hay alguien que sí lo entiende por completo, y ese es Dios. Él no necesita que le expliques con palabras, porque Él ve más allá del rostro que muestras, más allá del silencio que guardas. Él ve tu corazón desnudo, tu alma lastimada, y lo más importante: Él no te juzga por sentirte así.

1 Pedro 3:12 RVR1960|Porque los ojos del Señor están sobre los justos, Y sus oídos atentos a sus oraciones; Pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el mal.

Jesús mismo experimentó la traición y el abandono. Judas lo entregó, Pedro lo negó, y sus discípulos lo dejaron solo en el momento más oscuro. Por eso, cuando vienes a Él con el alma rota, Él no solo te consuela, te comprende, porque ya caminó ese valle.

Salmos 34:18 RVR1960| Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón; Y salva a los contritos de espíritu.

Dios no minimiza tu dolor, no te dice: “supéralo” o “eso no es nada”. Al contrario, te abraza en medio del caos, te habla con ternura, y te recuerda que tu valor no depende de lo que otros hicieron, sino de lo que Él ya hizo por ti en la cruz.

Isaías 63:9 RVR1960|En toda angustia de ellos él fue angustiado, y el ángel de su faz los salvó; en su amor y en su clemencia los redimió, y los trajo, y los levantó todos los días de la antigüedad.

Dios no solo te entiende, Él se duele contigo. Él toma cada pieza de tu corazón fragmentado y comienza a repararla con paciencia, amor y propósito. Él transforma la decepción en enseñanza, el engaño en redirección y el dolor en testimonio. Nada de lo que estás viviendo es en vano, porque en sus manos todo lo que el enemigo quiso usar para herirte, Él lo usará para impulsarte.

Amado lector, no temas si te sientes herido o confundido. No temas si te han fallado. Dios sigue en control de todo. Él está contigo, aún cuando no lo entiendas. Él te dará nuevas fuerzas y caminará contigo hasta que esa herida sane por completo. Y cuando mires atrás, no verás dolor, sino un testimonio de cómo Dios te sostuvo, te guardó y te hizo más fuerte. Levanta tu rostro hoy, aunque tus lágrimas todavía estén frescas. Dios te dice: Yo estoy contigo, no temas. Y esa es la promesa más poderosa que puedes recibir en medio de cualquier decepción.

Isaías 41:10-13 RVR1960| 10 No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. 11 He aquí que todos los que se enojan contra ti serán avergonzados y confundidos; serán como nada y perecerán los que contienden contigo. 12 Buscarás a los que tienen contienda contigo, y no los hallarás; serán como nada, y como cosa que no es, aquellos que te hacen la guerra. 13 Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo.

Con amor,
Sandra Patricia Ventura

Abreviaturas de las diferentes Biblias utilizadas:
RVR1960|Reina-Valera 1960

Deja un comentario