Mateo 18:20 RVR1960|Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
La presencia de Dios se manifiesta de manera especial cuando su pueblo se reúne en unidad. Jesús nos asegura en este pasaje que, aunque físicamente ya no está en la tierra, Él está presente cuando dos o más se congregan en Su nombre. Esto significa que nuestras reuniones como creyentes no son meros encuentros sociales, sino momentos donde el poder de Dios se hace tangible. Sin importar el tamaño de los congregados, cuando hay corazones rendidos y una búsqueda genuina de Dios, Su gloria se manifiesta. La clave no es la cantidad, sino la intención: Reunirnos en Su nombre con el propósito de adorarlo, exaltar Su presencia y vivir conforme a Su voluntad, es lo que nos completa nuestra vida.

Jesús en el centro
En la actualidad, muchas veces venimos a la iglesia con nuestras mentes ocupadas en afanes, preocupaciones y deseos personales. Queremos recibir bendiciones, pero olvidamos que lo más importante es encontrarnos con Cristo. La verdadera adoración no es buscar lo que Dios puede darnos, sino rendirnos ante Él con gratitud y amor. El Salmos 133:1 dice: ¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía! Y esto es algo que aun en estos tiempos debemos mantenerlo en práctica.
La unidad abre las puertas del cielo
La unidad entre nosotros no solo fortalece nuestro crecimiento espiritual, sino que también desata bendiciones. Cuando el pueblo de Dios se une con un mismo sentir, ocurren milagros, restauraciones y respuestas divinas. El derramamiento del Espíritu Santo en Pentecostés ocurrió cuando los discípulos estaban unidos. Si queremos ver ese poder de Dios manifestándose en nuestras vidas, hogares y en nuestras iglesias, debemos estar unidos.
Hechos 2:1-2 RVR1960|Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. 2 Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados;
Amado lector, Dios habita donde se le invoca con un corazón sincero. Pero para que Su presencia se mueva con libertad en medio nuestro, debemos estar en armonía unos con otros. Si hay algo en tu corazón que te impide estar en paz con tu hermano, hoy es el día de soltarlo. Perdona, sana y permite que el Espíritu Santo haga Su obra. No permitas que nada te aparte de la presencia de Dios. Vuelve a Cristo con un corazón dispuesto, y experimenta cómo Su gloria se mueve cuando Su pueblo se une en amor y adoración. ¡Hoy es el día para restaurar la unidad y vivir en la plenitud de Su presencia!
Efesios 4:3 RVR1960| solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz;
Con amor,
Fabio R. Ventura
Abreviaturas de las diferentes Biblias utilizadas:
RVR1960|Reina-Valera 1960