Job 42:5 RVR1960|De oídas te había oído; Mas ahora mis ojos te ven.
Una de las preguntas más difíciles de responder es: ¿Por qué las personas justas sufren? En nuestra humanidad, muchas veces creemos que el bien debe ser recompensado y el mal castigado, pero la historia de Job nos muestra que Dios tiene propósitos más altos que nuestra comprensión. Job era un hombre recto, temeroso de Dios y apartado del mal (Leer Job 1:1). Sin embargo, perdió todo: su riqueza, su familia y su salud. Aun así, en su proceso, aprendió algo invaluable, y fue: Conocer verdaderamente a Dios.
El proceso del sufrimiento. Dios nunca prometió que la vida sería fácil, pero sí aseguró que nunca nos dejaría ni nos abandonaría. Job sufrió pruebas intensas, no por su pecado, sino porque Dios quería mostrar su gloria a través de su vida. Muchas veces, cuando enfrentamos dificultades, nos preguntamos: “¿Por qué a mí?” Pero en esos momentos, Dios nos está llevando a un nivel de fe más profundo.
Deuteronomio 31:8 RVR1960| Y Jehová va delante de ti; él estará contigo, no te dejará, ni te desamparará; no temas ni te intimides.
Jesús mismo dijo: En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo (Leer Juan 16:33). Esto significa que, aunque pasemos por pruebas, Dios tiene el control. Job no entendía por qué sufría, pero en el final de su proceso pudo decir: De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven.
La recompensa de la fidelidad. Dios restauró la vida de Job, dándole el doble de lo que había perdido (Leer Job 42:10). Esto nos enseña que nuestro dolor nunca es en vano. Aunque no comprendamos los caminos de Dios, sabemos que Él es justo y fiel. Romanos 8:28, dice: Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.
Amado lector, si hoy estás enfrentando momentos difíciles, no pierdas la fe. Dios no te ha abandonado. Así como Job, al final de tu prueba, verás la gloria de Dios en tu vida. Lo que hoy no entiendes, mañana será tu testimonio. Nuestra fe se fortalece en el fuego de la prueba. Aunque no veamos la salida, Dios sigue obrando. Oremos juntos, Padre Celestial, aunque no entienda el porqué de mis pruebas, elijo confiar en ti. Sé que estás obrando en mi vida y que al final de este proceso, podré verte con nuevos ojos. Dame la fuerza para permanecer fiel y la paz para descansar en tu voluntad. En el nombre de Jesús, amén.
2 Corintios 4:17 RVR1960|Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria;
Con amor,
Sandra Patricia Ventura
Abreviaturas de las diferentes Biblias utilizadas:
RVR1960|Reina-Valera 1960
Caminando como Jesús 