En 2 Reyes 6:1-7, un joven profeta pierde un hacha prestada en el río Jordán. Eliseo, guiado por Dios, realiza un milagro al hacer flotar el hacha. Este pasaje simboliza la restauración de lo perdido, recordando que Dios se interesa por nuestras pérdidas y puede devolvernos lo que creemos irrecuperable.