El poder del amor y el cuidado de nuestro hogar

Efesios 5:25 RVR1960|Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella,

El amor verdadero no se mide por palabras bonitas, sino por actos de entrega, cuidado y responsabilidad. Así como Cristo se entregó por la iglesia, Dios nos llama a que los esposos amen a sus esposas con el mismo nivel de entrega y sacrificio. No se trata solo de proveer económicamente, sino de liderar con ternura, guiar con sabiduría y cuidar con compasión.

En muchos hogares, el liderazgo del esposo ha sido distorsionado por el machismo o, en otros casos, ha sido abandonado por la indiferencia. El verdadero liderazgo bíblico no oprime ni maltrata, sino que protege, edifica y sirve. El esposo no está llamado a dominar, sino a reflejar el carácter de Cristo.

1 Pedro 3:7RVR1960| Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo.

Honrar a la esposa es más que un acto de cortesía, es una expresión de reverencia hacia Dios. Cuando un hombre menosprecia, hiere o ignora a su esposa, está quebrantando un principio espiritual. Pero cuando la honra, la escucha, la valora y la trata con ternura, está cumpliendo su rol con madurez y responsabilidad.

Una esposa que se siente amada florece, crece espiritualmente y transmite paz al hogar. El esposo tiene un rol crucial como guía espiritual. No puede ser ausente emocionalmente ni pasivo espiritualmente. Necesita ser un hombre de oración, un hombre que instruye a sus hijos con la Palabra, que abraza con amor, que corrige con sabiduría y que sostiene a su familia con firmeza y ternura.

1 Corintios 13:4-5 RVR1960|El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; 5 no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor;

Un hogar no se sostiene solo con techo y comida. Se sostiene con presencia, afecto, tiempo, paciencia y dirección espiritual. Un esposo que ora con su esposa, que la anima en su propósito, que la honra delante de sus hijos, está sembrando raíces fuertes para una familia estable y bendecida.

Así como la mujer tiene el llamado de respetar, el hombre tiene el llamado de amar. No es un asunto de superioridad o inferioridad, sino de equilibrio y responsabilidad espiritual. El liderazgo del esposo no se trata de imponer su voluntad, sino de reflejar la voluntad de Dios.

Amado lector, Dios te ha confiado el liderazgo del hogar. No para gobernar con dureza, sino para guiar con amor. Nuestro modelo no es el mundo, sino Cristo. Amar a nuestras esposas es amarlas con hechos, con paciencia, con honra y con oración. Cuando un hombre se levanta como sacerdote de su casa, el cielo se abre sobre su familia y a su favor. Amar no es una emoción pasajera, es una decisión diaria. Es una entrega constante. Es morir al egoísmo y vivir para edificar. Cuando un hombre se humilla ante Dios, buscan Su sabiduría y ama con profundidad, sus casas serán verdaderos altares donde Dios habite. Oremos juntos, Padre Celestial, ayuda a cada hombre a tener un corazón conforme a tu voluntad. Enséñales a amar con paciencia, a liderar con humildad y a cuidar con ternura. Que sean esposos que honren a sus esposas, que sean padres que edifiquen con ejemplo, y un sacerdote que intercede por su familia. Que su hogar sea un reflejo de tu presencia. En el nombre de Jesús. Amén.

Josué 24:15 RVR1960| Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová.

Con amor,
Sandra Patricia Ventura

Abreviaturas de las diferentes Biblias utilizadas:
RVR1960|Reina-Valera 1960

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