Este Devocional refleja la transformación de una niña desamparada y despreciada en una mujer digna y amada por Dios. Aunque enfrentamos rechazo, el amor divino nos brinda redención y un nuevo comienzo. Nuestra identidad no está ligada al pasado, sino a la gracia de Dios, que nos llama a vivir con confianza y propósito. Amén.