Moisés animó al pueblo de Israel antes de entrar a la tierra prometida, recordándoles que Dios siempre los acompaña y fortalece en tiempos de dificultad. A pesar de los desafíos y pérdidas, las promesas divinas son eternas. Con esfuerzo y valentía, apoyados en la fidelidad de Dios, podemos seguir adelante sin temor.