Permaneciendo conectados a Cristo

Juan 15:4 RVR1960|Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.

Este versículo es parte de la enseñanza de Jesús a sus discípulos, donde utiliza la metáfora de la vid y los sarmientos para ilustrar la relación que debemos tener con Él. Motivándonos a cultivar una conexión íntima y permanente con Cristo, porque sólo a través de esa unión podemos dar fruto para el reino de Dios.

1. Permanecer en Cristo: Un llamado a una relación profunda. La palabra griega menō, traducida como «permanecer», no se refiere solo a estar cerca de Jesús, sino a habitar en Él de manera constante y profunda. Es un llamado a una relación transformadora, donde nuestras vidas sean sostenidas y moldeadas por su poder. Permanecer también implica resistencia. Habrá momentos en los que el enemigo intentará desenraizarnos del lugar donde Dios nos ha plantado, buscando que dejemos de dar fruto. Sin embargo, si resistimos firmes en la fe, venceremos toda oposición y seguiremos conectados a la fuente de vida, produciendo frutos en abundancia.

1 Juan 2:24 RVR1960| Lo que habéis oído desde el principio, permanezca en vosotros. Si lo que habéis oído desde el principio permanece en vosotros, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre.

2. Dependencia total de Cristo. En la analogía de Jesús, Él es la vid y nosotros los sarmientos. Así como un sarmiento no puede producir fruto si no está unido a la vid, un creyente no puede tener una vida espiritual fructífera sin depender de Cristo. Este fruto se manifiesta en una transformación interior, en obediencia a la Palabra de Dios y en la expansión del evangelio. Cuando aprendemos a vivir en dependencia de Dios, nos movemos en una atmósfera sobrenatural donde lo imposible se vuelve posible, porque es su poder el que actúa en nosotros.

Gálatas 2:20 RVR1960| Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.

3. La conexión que da vida. Jesús es nuestra fuente de vida. Un cristiano desconectado de Él pierde su vitalidad espiritual y se marchita. Es en su presencia donde encontramos fortaleza, dirección y propósito. Permanecer en Cristo no es un acto pasivo, sino una búsqueda activa de comunión con Él. Nos invita a una relación continua e íntima a través de la oración, el estudio de la Palabra y la obediencia a su voz.

2 Corintios 3:5 NVI| No es que nos consideremos competentes en nosotros mismos. Nuestra capacidad viene de Dios.

4. El resultado de permanecer en Cristo. Cuando permanecemos en Jesús, nuestra vida comienza a dar fruto abundante (Leer Juan 15:5). Este fruto no es solo el crecimiento personal, sino también la manifestación del carácter de Cristo en nosotros: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y dominio propio (Leer Gálatas 5:22-23).

Filipenses 1:11 NVI| llenos del fruto de justicia que se produce por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios.

Amado lector, este pasaje nos recuerda la importancia de mantenernos conectados a Cristo para vivir una vida con propósito y fructífera. No se trata solo de hacer cosas para Dios, sino de vivir en Su presencia y depender de Su gracia en todo momento. Hoy es el tiempo de fortalecer tu relación con el Espíritu Santo y decidirte por permanecer en Cristo. Porque una vida arraigada en Él traerá frutos que impactarán tu vida y la de quienes te rodean. ¡Permanece en Jesús y su gloria verás! Amén. 

Salmos 16:11 RVR1960| Me mostrarás la senda de la vida; En tu presencia hay plenitud de gozo; Delicias a tu diestra para siempre.

Con amor,
Fabio R. Ventura

Abreviaturas de las diferentes Biblias utilizadas:
RVR1960|Reina-Valera 1960
NVI|Nueva Versión Internacional

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