Proverbios 4:23 RVR1960|Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida.
El corazón, en la Biblia, no solo se refiere al órgano físico, sino al centro de nuestras emociones, pensamientos y voluntad. Es el lugar donde nacen nuestras decisiones y se reflejan nuestras prioridades. Y en esta ocasión la Palabra nos exhorta a protegerlo con diligencia, porque todo lo que hacemos fluye de él.

En un mundo lleno de distracciones y tentaciones, es fácil permitir que cosas negativas entren y contaminen nuestro corazón. Las heridas emocionales, las influencias negativas y el pecado no tratado pueden endurecerlo, afectando nuestra relación con Dios y con los demás. Por eso, guardar el corazón es una acción intencional y constante que requiere vigilancia espiritual.
Salmos 51:10 RVR1960|Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí.
¿Cómo guardo mi corazón?
Meditando en la Palabra de Dios. La Palabra es un filtro que purifica y alinea nuestros pensamientos con los de Dios. Como dice el Salmo 119:11: «En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti.»
Cuidando mis pensamientos. Lo que permitimos que ocupe nuestra mente afecta directamente nuestro corazón. Filipenses 4:8 nos insta a pensar en todo lo que es verdadero, honesto, justo, puro, amable y digno de alabanza. Pregúntate hoy: ¿Estoy llenando mi mente con cosas que glorifican a Dios?
Vigila mis relaciones personales. Las personas con las que nos rodeamos influyen en nuestra vida espiritual. Proverbios 13:20 dice: «El que anda con sabios, sabio será; mas el que se junta con necios será quebrantado.» Pregúntate hoy: ¿Estoy permitiendo que el rencor o la amargura echen raíces en mi corazón?
Busca la dirección del Espíritu Santo en todo. El Espíritu Santo nos guía y nos ayuda a discernir lo que edifica y lo que no. Romanos 8:14 nos recuerda que somos hijos de Dios guiados por Su Espíritu. Pregúntate: ¿Estoy priorizando mi relación con Dios sobre las distracciones del mundo?
No podemos descuidar nuestra vida de oración. Invita al Espíritu Santo a examinar tu corazón, como lo hizo el salmista en el Salmo 139:23-24: «23 Escudríñame, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis inquietudes. 24 Y ve si hay en mí camino malo[a], y guíame en el camino eterno.»
Amado lector, guardar el corazón no es solo una recomendación, es una necesidad espiritual. Es la clave para vivir una vida plena y en comunión con Dios. Haz de esto una prioridad diaria, y verás cómo Su paz y dirección fluyen en cada área de tu vida. Oremos juntos, Padre Celestial, te entrego mi corazón en este día. Ayúdame a guardarlo con diligencia, a no permitir que las cosas efímeras de este mundo lo contaminen. Que tu Palabra sea mi guía, y tu Espíritu Santo mi guardián. Renueva mis pensamientos mas y mas, y fortalece mi voluntad para vivir una vida que te honre. En el nombre de Jesús, amén.
Con amor,
Sandra Patricia Ventura
Abreviaturas de las diferentes Biblias utilizadas:
NVI|Nueva Versión Internacional
LBLA| La Biblia de las Américas