El versículo de Juan 15:16 destaca que Dios nos eligió para llevar fruto eterno y significativo, mostrando que nuestra conexión con Él es intencional. Este llamado implica vivir en obediencia y reflejar el carácter de Cristo, mientras nuestras oraciones alineadas con Su voluntad tienen poder. Se nos invita a reconocer nuestro propósito y dar frutos que glorifiquen a Dios.