Lucas 22:42 RVR1960| diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.
En el huerto de Getsemaní, Jesús enfrentó uno de los momentos más cruciales de Su ministerio terrenal. Su oración reflejaba la humanidad que llevaba consigo, pero también Su total obediencia al Padre. Al decir «Si quieres», Jesús reconoce la soberanía de Dios y somete Su voluntad a la del Padre. La frase «Si quieres» no es una declaración de duda, sino de confianza. Jesús sabía que el Padre tenía el poder de cambiar las circunstancias, pero también entendía que Su plan era perfecto, aunque Su camino lo llevará al sufrimiento. Aquí vemos un acto de entrega total, un ejemplo supremo de cómo debemos rendirnos ante la voluntad de Dios.

Proverbios 3:5-6 RVR1960| 5 Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia. 6 Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas.
¿Cuántas veces hemos enfrentado situaciones difíciles en las que quisiéramos que Dios cambiara nuestras circunstancias? A menudo, nuestras oraciones están llenas de peticiones que reflejan nuestra voluntad. Sin embargo, al igual que Jesús, debemos aprender a orar con humildad y confianza, diciendo: «Padre, si quieres…».
Mateo 6:10 RVR1960|Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
Esta actitud no solo demuestra fe, sino también madurez espiritual. Es reconocer que Dios sabe lo que es mejor para nosotros, incluso cuando Su voluntad no coincide con nuestros deseos.
Cuando atravesamos momentos fuertes, debemos recordar que Dios es soberano y nos llenará de Su paz. Aunque no siempre entendamos Sus planes, podemos confiar en que Él tiene el control y que todo obrará para el bien de quienes le aman.
Romanos 8:28 RVR1960|Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.
Amado lector, Jesús nos enseña que la clave para vivir en la voluntad de Dios es rendirnos completamente a Él. La frase «Si quieres» debe ser una muestra absoluta de confianza en su amor y su propósito. Al igual que Jesús, podemos acercarnos al Padre en oración, con la certeza de que su voluntad siempre será mejor que la nuestra. Oremos juntos, Padre Celestial, hoy quiero rendirme completamente a ti. Aunque no siempre entiendo lo que permites en mi vida, confío en que tus planes son perfectos. Ayúdame a orar como Jesús, diciendo: «Si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya». Que mi vida sea un reflejo de entrega y obediencia a tu voluntad. Amén.
Salmos 40:8 RVR1960| El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, Y tu ley está en medio de mi corazón.
Con amor,
Sandra Patricia Ventura
Abreviaturas de las diferentes Biblias utilizadas:
RVR1960|Reina-Valera 1960