Cuidando nuestro viñedo en la vid verdadera


Cantares 2:15 RVR1960|
Cazadnos las zorras, las zorras pequeñas, que echan a perder las viñas; Porque nuestras viñas están en cierne.

La vida cristiana se compara muchas veces con un viñedo. Nuestro Señor Jesucristo, en Juan 15, se presenta como la vid verdadera, y nosotros como los pámpanos que deben permanecer en Él para dar fruto. Este fruto no sólo glorifica a Dios, sino que también es evidencia de nuestra conexión con Cristo. Sin embargo, en Su Palabra encontramos una advertencia: Hay «zorras pequeñas» que pueden entrar en nuestra viña y destruirla si no estamos atentos. Estas zorras representan aquellas distracciones, pecados ocultos y actitudes que parecen pequeñas, pero que, si no se enfrentan, pueden echar a perder todo lo que Dios está haciendo en nuestras vidas.

Juan 15:1 RVR1960|Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador.

1. La importancia de la viña. En la cultura judía, las viñas eran consideradas un símbolo de bendición, prosperidad y fruto. Así como un viñedo requiere cuidado constante, nuestra vida espiritual también necesita atención diaria. Jesús dijo: «En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.» (Juan 15:8). El propósito de Dios es que nuestra vida dé fruto abundante, pero este fruto solo es posible si permanecemos conectados a la vid verdadera.

2. Las zorras pequeñas, son amenazas sutiles pero peligrosas. Las zorras pequeñas no son grandes depredadores, pero su impacto puede ser devastador. Se cuelan en la viña sin ser detectadas, mordisquean los brotes tiernos y arruinan la cosecha antes de que pueda madurar. En nuestra vida espiritual, estas zorras pueden ser:

  • Pecados ocultos: Actitudes como el orgullo, la envidia, o la falta de perdón, a menudo justificamos o ignoramos, para pasarlos desapercibidos. 
  • Distracciones mundanas: Cosas aparentemente inofensivas, como el exceso de tiempo en redes sociales o preocupaciones terrenales, que nos roban el tiempo que deberíamos dedicar a Dios, se pueden volver una de esas «zorras pequeñas».
  • Relaciones tóxicas: Personas o influencias que nos apartan de los caminos del Señor y nos hacen dudar de nuestra fe.
  • Desánimo y duda: Pensamientos que socavan nuestra confianza en las promesas de Dios y nos alejan de la obediencia.

3. ¿Cómo cazar las zorras pequeñas?
La Biblia nos da herramientas para identificar y eliminar estas amenazas:

  • Vigilemos nuestra vida espiritual. Jesús nos exhorta a velar y orar. Esto significa estar atentos a las áreas de nuestra vida donde estamos siendo atacados o tentados.  Dice la Palabra en: Mateo 26:41 RVR1960| Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.
  • Permanecer en Su Palabra. La Palabra de Dios es como una lámpara que ilumina las áreas oscuras de nuestro corazón. Al meditar en ella, el Espíritu Santo nos revela las «zorras pequeñas» que necesitan ser enfrentadas. Dice la Palabra en: Salmos 119:105 RVR1960|Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino.
  • Arrepentimiento genuino. Cuando el Espíritu Santo nos muestra algo que no está bien, debemos arrepentirnos y confesarlo inmediatamente. Dice la Palabra en: 1 Juan 1:9 RVR1960| Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.
  • Dependamos del Espíritu Santo. No podemos cuidar nuestro viñedo con nuestras propias fuerzas. Necesitamos la ayuda del Espíritu Santo para discernir, resistir las tentaciones y permanecer en Cristo. Dice la Palabra en: Zacarías 4:6 RVR1960| Entonces respondió y me habló diciendo: Esta es palabra de Jehová a Zorobabel, que dice: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos.
  • Comunión con otros hermanos de la fe. Los hermanos de la fe nos ayudan a resistir las adversidades, y nos animan a seguir creciendo. Dice la Palabra en: Proverbios 27:17 RVR1960| Hierro con hierro se aguza; Y así el hombre aguza el rostro de su amigo.

4. El propósito del fruto. El fruto que producimos no es sólo para nuestra satisfacción, sino para glorificar a Dios y bendecir a otros. Jesús dijo: «No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca.» (Juan 15:16). Cuando cuidamos nuestro viñedo, el fruto que producimos tiene un impacto eterno.

Amado lector, cuidar nuestro viñedo es una responsabilidad diaria. Las «zorras pequeñas» pueden parecer inofensivas, pero si las ignoramos, pueden arruinar nuestra relación con Dios y nuestro testimonio. Jesús, como la vid verdadera, nos invita a permanecer en Él, porque separados de Él nada podemos hacer. Oremos juntos, Padre Celestial, gracias por ser la vid verdadera y por darme la oportunidad de ser un pámpano que lleva fruto. Ayúdame a identificar las «zorras pequeñas» que intentan destruir mi viñedo, enséñame a depender de ti para mantenerla protegida. Quiero permanecer en tu Palabra, caminar en obediencia y dar fruto que glorifique Tu nombre. En el nombre de Jesús. Amén.

Mateo 7:16-18 RVR1960|16 Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? 17 Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. 18 No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos.

Con amor,
Sandra Patricia Ventura

Abreviaturas de las diferentes Biblias utilizadas:
RVR1960|Reina-Valera 1960

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