Hebreos 12:15 RVR1960| Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados;
La Palabra de Dios nos exhorta a estar vigilantes, no solo en nuestras acciones, sino también en las intenciones y actitudes de nuestro corazón. La Palabra nos advierte sobre el peligro de permitir que una «raíz de amargura» eche raíces en nuestras vidas. Pero, ¿qué significa esto en nuestro caminar cristiano?
La amargura es como una semilla que, si no se arranca, crece en nuestro interior. Puede comenzar con una ofensa no perdonada, una decepción, o incluso un malentendido que nunca resolvimos. Estas pequeñas cosas pueden convertirse en raíces profundas que afectan nuestro espíritu, robándonos la paz y, peor aún, alejándonos de la gracia de Dios.

Efesios 4:31-32 RVR1960| 31 Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. 32 Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.
Dios desea que vivamos en libertad, llenos de su gracia y amor, pero una raíz de amargura puede estorbar nuestro crecimiento espiritual. Cuando permitimos que la amargura eche raíces, contaminamos no solo nuestra vida, sino también las vidas de quienes nos rodean. Como hijos de Dios, estamos llamados a ser portadores de su paz y amor, no de resentimientos que dividen y hieren.
Colosenses 3:13 RVR1960| soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.
Recordemos a José, quien fue traicionado por sus propios hermanos (Génesis 37). Él tenía todo el derecho de sentirse amargado por lo que le hicieron, pero en lugar de permitir que la amargura controlara su corazón, eligió perdonar y confiar en los planes de Dios. Cuando finalmente se reencontró con sus hermanos, José les dijo: “No os entristezcáis ni os pese de haberme vendido acá; porque para preservación de vida me envió Dios delante de vosotros” (Génesis 45:5). ¡Qué ejemplo tan poderoso de cómo la gracia de Dios puede triunfar sobre la amargura!
Mateo 6:14-15 RVR1960|14 Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; 15 mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.
Hoy es el día para examinar tu corazón. ¿Hay alguna raíz de amargura que ha estado creciendo en silencio? ¿Hay alguien que necesitas perdonar? La amargura no solo afecta tu relación con los demás, sino también tu relación con Dios. Jesús nos llama a perdonar de la misma manera en que hemos sido perdonados (Efesios 4:32). Recuerda que la falta de perdón es un veneno que nos consume lentamente.
Proverbios 4:23 RVR1960| Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida.
Amado lector, invita al Espíritu Santo a escudriñar tu corazón y a revelar cualquier área donde haya dolor o resentimiento. Confiesa esas áreas delante de Dios y permite que Su gracia te libere. El poder del perdón no solo traerá sanidad a tu vida, sino que también abrirá las puertas para que fluyan bendiciones y nuevas oportunidades en tu caminar con Cristo. No permitas que una raíz de amargura contamine tu vida. Dios tiene planes grandes para ti, y su gracia está disponible para llevarte a nuevas alturas en tu fe. Mantén tu corazón limpio y libre, y verás cómo el Señor te guía hacia su propósito perfecto. Oremos junto, Padre Celestial, hoy te entrego todo sentimiento de amargura y dolor que pueda haber en mi corazón. No quiero que nada me aparte de tu gracia y de tu presencia. Enséñame a perdonar como tú me has perdonado. Ayúdame a vivir en la libertad y en la paz que solo tu amor puede dar. Que mi vida sea un reflejo de tu amor y de tu gracia para todos los que me rodean. En el nombre de Jesús, amén
Romanos 12:18-19 RVR1960| 18 Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres. 19 No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor.
Que Dios te bendiga ricamente en este nuevo día.
Con amor,
Sandra Patricia Ventura
Abreviaturas de las diferentes Biblias utilizadas:
RVR1960| Reina-Valera 1960