Dios te proveerá en medio del desierto

Isaías 43:19 RVR1960| He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad.

A menudo pensamos que el desierto es un lugar de escasez, pero en la Biblia, el desierto también es donde Dios muestra Su capacidad para proveer de manera sobrenatural. Los israelitas, que vagaron por el desierto durante cuarenta años, experimentaron Su Divina Providencia de primera mano. Ellos no contaban con campos para sembrar ni mercados para comprar alimentos, pero Dios les dio maná del cielo, agua de una roca, protección contra sus enemigos, les proporcionó calor en medio de la noche y una nube que los protegía del sol del desierto. Y que decir de sus vestidos y calzados; Dios tuvo cuidado de ellos en todo momento. Y, ¿crees que contigo no sucederá igual?

Salmos 42:5 RVR1960| ¿Por qué te abates, oh alma mía, Y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío.

Cuando nos encontramos en situaciones donde parece que no hay salida, donde las necesidades superan los recursos disponibles, podemos recordar que el mismo Dios que cuidó de Su pueblo en el desierto también cuidará de nosotros. En el desierto, la provisión de Dios es sobrenatural. Aunque el entorno parece árido e incapaz de sostener la vida, Dios muestra Su poder al proveer milagrosamente. Esto nos enseña que, aunque estemos en una situación difícil, Dios siempre proveerá lo necesario para nuestra supervivencia espiritual y física.

Elías en el desierto
El profeta Elías, después de haber confrontado a los profetas de Baal y haber experimentado una gran victoria en el Monte Carmelo, fue perseguido por la reina Jezabel. Desanimado y agotado, huyó al desierto, deseando morir. Pero en su desesperación, Dios no lo abandonó. En lugar de reprocharlo por su desánimo, envió un ángel para que lo alimentara (Leer 1 Reyes 19:1-8). En medio de su debilidad, Dios le proveyó lo necesario para que continuara su camino. Este relato nos muestra que Dios no solo provee nuestras necesidades físicas, sino también nuestras necesidades emocionales y espirituales.

La provisión de Dios no se limita a lo que podemos ver. En el desierto, cuando todo parece estéril y sin vida, es cuando Dios puede hacer brotar fuentes de agua. Nuestra desesperación no limita a Dios. De hecho, son en esos momentos donde Su provisión se hace aún más evidente. Así como hizo florecer un camino en el desierto para Su pueblo, también puede hacer florecer nuestras vidas en los momentos más áridos.

Isaías 35:1-2 RVR1960|1 Se alegrarán el desierto y la soledad; el yermo se gozará y florecerá como la rosa. 2 Florecerá profusamente, y también se alegrará y cantará con júbilo; la gloria del Líbano le será dada, la hermosura del Carmelo y de Sarón. Ellos verán la gloria de Jehová, la hermosura del Dios nuestro.

Amado lector, Dios siempre provee, aun en los momentos más desafiantes de la vida. Cuando transitamos por tiempos de sequedad, debemos recordar que Su provisión es constante y fiel, y este desierto que hoy estás atravesando no es sinónimo de escasez, sino la oportunidad perfecta para afianzar tu confianza en el Señor; es el lugar donde verás Su mano moverse a tu favor, haciendo posible lo imposible. No debemos temer la falta de recursos o apoyo, porque Él es capaz de abrir caminos y darnos el sustento necesario para avanzar. La clave está en confiar plenamente en Su provisión y Su infinita misericordia.

Isaías 35:3-4 RVR1960| 3 Fortaleced las manos cansadas, afirmad las rodillas endebles. 4 Decid a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios mismo vendrá, y os salvará.

¡Que Dios te bendiga ricamente en esta nueva temporada y mantente expectante de las cosas grandes que Dios va hacer!

Con amor,
Sandra Patricia Ventura

Abreviaturas de las diferentes Biblias utilizadas:
RVR1960| Reina-Valera 1960

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