Venciendo al espíritu de Madián

Dios otorga la victoria a Gedeón con solo 300 hombres, demostrando que la fuerza no viene de la multitud, sino de la intervención divina. Así también, en nuestras luchas, debemos depender de la estrategia de Dios y no de nuestras propias fuerzas. Su dirección nos conducirá a la victoria.