Hechos 2:17-18 RVR1960| 17 Y en los postreros días, dice Dios, Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; Vuestros jóvenes verán visiones, Y vuestros ancianos soñarán sueños; 18 Y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días Derramaré de mi Espíritu, y profetizarán.
Gracias le damos al Señor Jesucristo por permitirnos culminar nuestro tiempo de ayuno y oración, un período en el cual nos hemos enfocado en transitar hacia lo nuevo de Dios. Ha sido un tiempo de introspección, oración, y entrega, donde hemos permitido que el Espíritu Santo trabaje en nuestros corazones, preparándonos para lo que viene. Hoy estamos al borde de una nueva temporada: La temporada del alumbramiento. Así como una mujer que ha llevado en su vientre una nueva vida, nosotros hemos estado gestando en estas semanas de ayuno un nuevo nivel de intimidad con Dios y un nuevo capítulo en nuestro caminar espiritual.

Salmos 126:5-6 RVR1960| 5 Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán. 6 Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; Mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas.
El ayuno ha sido un tiempo de purificación, de rendición y de preparación. Hemos dejado atrás viejas costumbres, la falta de perdón, entre otras muchas cosas. Hemos clamado al Señor con fervor y hemos esperado con paciencia su respuesta. Ahora, al culminar este período, podemos sentirnos expectantes hacia un nuevo nacimiento espiritual. Estamos entrando en la temporada de alumbramiento, un tiempo donde las promesas y los propósitos de Dios que hemos estado gestando en oración y fe, comienzan a manifestarse. Así como una mujer que ha esperado pacientemente el nacimiento de su hijo, nosotros hemos estado atentos, confiando en que lo que Dios ha sembrado en nosotros durante esta temporada de transición, dará fruto en su tiempo perfecto.
Gálatas 6:9 RVR1960| No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.
El alumbramiento espiritual no es solo un momento de manifestación externa, sino una revelación interna de lo que Dios ha estado haciendo en lo secreto. Es un tiempo donde las visiones, los sueños y las promesas, empiezan a tomar forma. Dios ha escuchado nuestras oraciones durante estas semanas de ayuno, y ahora es tiempo de ver el cumplimiento de Su palabra en nuestras vidas. La Biblia nos habla constantemente de la importancia del nuevo nacimiento. En Juan 3:3, Jesús le dice a Nicodemo: “De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios”. Este nuevo nacimiento no es solo una experiencia inicial, sino un proceso continuo en la vida del cristiano. Cada vez que nos acercamos a Dios en oración, cuando leemos su Palabra o cuando compartimos el evangelio, estamos experimentando una renovación espiritual.
Jeremías 1:12 RVR1960| Y me dijo Jehová: Bien has visto; porque yo apresuro[a] mi palabra para ponerla por obra.
Al entrar en esta temporada de alumbramiento, es importante que nos mantengamos en oración constante. Debemos pedirle al Espíritu Santo que nos guíe y nos revele su voluntad para nuestras vidas. No podemos descuidar el altar. Además, debemos cultivar una actitud de gratitud, reconociendo todo lo que Dios ha hecho por nosotros. La fe es otro elemento esencial en esta temporada. Debemos creer firmemente en las promesas de Dios y confiar en que Él las cumplirá. Al igual que una mujer que espera un hijo confía en que dará a luz un niño sano, nosotros también debemos confiar en que Dios traerá a la luz los frutos de nuestro ayuno y de nuestra búsqueda incansable.
Romanos 8:19 RVR1960|Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios.
Amado lector, el ayuno ha sido el proceso de preparación, pero ahora entramos en la temporada de la manifestación. Lo que hemos gestado en lo oculto, ahora será visto por todos. Es tiempo de alumbramiento, de dar a luz lo que Dios ha depositado en nuestros corazones. La temporada de alumbramiento es un tiempo emocionante y lleno de esperanza. Hemos sido llamados a dar a luz a nuevas cosas: En la congregación, en el ministerio, en nuestros hogares y todo aquello por lo que hemos estado orando. Que el Espíritu Santo nos capacite para cumplir su obra. Oremos juntos: Padre celestial, te damos gracias por este tiempo de ayuno y por todo lo que hemos aprendido. Te pedimos que continúes obrando en nuestras vidas y que nos prepares para todo lo que tienes reservado para nosotros en esta nueva temporada. Ayúdanos a mantener una fe firme y a confiar en tu amor incondicional. En el nombre de Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
¡Que Dios te bendiga ricamente en esta nueva temporada y mantente expectante de las cosas grandes que Dios va hacer!
Con amor,
Sandra Patricia Ventura
Abreviaturas de las diferentes Biblias utilizadas:
RVR1960| Reina-Valera 1960