En estos últimos días, Dios promete derramar su Espíritu sobre todos. Tras un tiempo de ayuno, oración e introspección, llegamos a una nueva temporada de alumbramiento espiritual, donde las promesas de Dios se manifestarán. Debemos mantener la fe, la oración constante y la gratitud, confiando en que Dios cumplirá su obra en nuestras vidas.