21 días de ayuno y oración
Hechos 1:2-4 TLA| 2-4 hasta el día en que subió al cielo. Jesús murió en una cruz, pero resucitó y luego se apareció a los apóstoles que había elegido. Durante cuarenta días les demostró que realmente estaba vivo, y siguió hablándoles del reino de Dios. Un día en que estaban todos juntos, Jesús, con el poder del Espíritu Santo, les ordenó: «No salgan de Jerusalén. Esperen aquí, hasta que Dios mi Padre cumpla su promesa, de la cual yo les hablé.
Jesús, después de resucitar, continuó hablándole a los apóstoles escogidos por Él, reafirmando las mismas palabras que les había dicho anteriormente. Esto es lo que debemos entender profundamente: Dios es inmutable, y sin importar lo que estemos viendo hoy, Sus promesas siguen siendo las mismas para tu vida y tu familia.
Los apóstoles podrían haber pensado que, si Jesús ya había muerto, las promesas de Dios también habían sido sepultadas con Él. A veces, el enemigo intenta sembrar en nuestras mentes la mentira de que las promesas de Dios no se cumplirán debido al proceso momentáneo, que estamos atravesando. Pero así como Jesús se levantó de entre los muertos para anunciar y confirmar a Sus discípulos que Sus promesas seguían vigente y tendrían cumplimiento, así también Él lo quiere hacer a través de este devocional: No temas por lo que ven tus ojos, las promesas de Dios se cumplirán en tu vida.

Permanece firme en el territorio de fe
Cada promesa de Dios tiene condiciones, y para los apóstoles era permanecer en Jerusalén hasta el día que se derramara el poder del Espíritu Santo. El tiempo de Dios no es el del hombre; Dios cumplirá Su promesa en Su tiempo y a Su manera. No les correspondía a los apóstoles llevar a cumplimiento lo que Dios había prometido, sino permanecer en Jerusalén hasta el cumplimiento de esta palabra. De la misma manera, no tratemos de ayudar a Dios a cumplir aquello que Él ha prometido. Mientras esperamos, el Espíritu Santo producirá en nosotros el fruto de la paciencia. Esperemos con gozo, porque estoy convencido de que lo prometido por Dios ya es un hecho.
Isaías 40:31 NVI| pero los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; levantarán el vuelo como las águilas, correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán.
Sin embargo, en el tiempo de espera, la fe puede ser atacada. Cuando tus ojos ven lo contrario a lo prometido, la mente puede producir pensamientos de desesperación, y si no ves el cumplimiento en tu tiempo, el desánimo y la incredulidad pueden tocar la puerta de tu corazón. Por eso, es crucial aferrarte a las promesas de Dios cada día con más fuerza. Así como los apóstoles vieron evidencia del cumplimiento, tú también lo verás, en el nombre de Jesús.
Habacuc 2:3 NVI| Pues la visión se realizará en el tiempo señalado; marcha hacia su cumplimiento y no dejará de cumplirse. Aunque parezca tardar, espérala; porque sin falta vendrá.
No te rindas, espera en Dios y cree en Sus promesas. Permite que Él obre en ti conforme a Su voluntad, porque aun en tu tiempo de espera, Dios está haciendo cosas hermosas a tu favor. Permanece en la fe y recuerda Sus palabras para tu vida y tu familia, escríbelas por tu casa, memorízalas, porque mientras avanzas en victoria hacia un destino seguro, recuerda que el que te lo prometió tiene todo el poder para cumplirlas.
Romanos 8:25 NVI| Pero si esperamos lo que todavía no vemos, en la espera mostramos nuestra constancia.
Amado lector, este tiempo de espera es parte del proceso de transición hacia lo nuevo que Dios tiene para ti. Al igual que los apóstoles que esperaron en Jerusalén para recibir el Espíritu Santo, tú también estás en una fase de preparación y de espera. Dios está forjando en ti la paciencia y la confianza necesarias para que puedas avanzar hacia lo nuevo que Él ha preparado. No temas los tiempos de espera, porque son el inicio del cumplimiento de las promesas y la puerta de entrada a lo nuevo y glorioso que Dios tiene para ti y los tuyos. En el nombre de Jesús. Amén.
2 Corintios 1:20 NVI| Todas las promesas que ha hecho Dios son «sí» en Cristo. Así que por medio de Cristo respondemos «amén» para la gloria de Dios.
Que la gracia y el favor de nuestro Señor Jesucristo sea con todos ustedes.
Con amor,
Fabio R. Ventura
Abreviaturas de las diferentes Biblias utilizadas:
RVR1960| Reina-Valera 1960
NVI| Nueva Versión Internacional