21 días de ayuno y oración
Efesios 5:1-2 RVR1960| Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. 2 Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.
La verdadera adoración requiere de entrega, quebrantamiento y rendición. Cristo, en la cruz, manifestó el acto más grande, hermoso y profundo de adoración, no con canciones, sino con su vida entera. Aunque sabemos que Dios usó Su voz y los instrumentos para conectar nuestras almas con Él, la esencia de la adoración genuina se encuentra en la entrega total a la voluntad del Padre, tal cómo Cristo lo hizo al sacrificar Su vida.

Del mismo modo, Abraham demostró una adoración genuina cuando estuvo dispuesto a sacrificar a su hijo Isaac en obediencia a Dios. Génesis 22:5 nos relata: «Entonces dijo Abraham a sus siervos: Esperad aquí con el asno, y yo y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos, y volveremos a vosotros.» La verdadera adoración implica entregar aquello que Dios nos pide, incluso si ello nos cuesta todo.
Romanos 12:1 RVR1960| Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.
El quebrantamiento:
El quebrantamiento es una parte integral de la adoración genuina. Los verdaderos adoradores buscan quebrantar su carne para darle paso al Espíritu Santo, permitiendo que Él obre a través de ellos. Cuando llevamos cargas como ofensas o falta de perdón, debemos usar la adoración a Dios para quebrantar estos obstáculos en nuestro corazón. Es crucial permitir que Dios cure las heridas que impiden una adoración genuina. El Salmos 51:17 nos recuerda:«Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios.» No podemos adorar a Dios plenamente si no permitimos que Él transforme y sane nuestro corazón.
Isaías 57:15 RVR1960| Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados.
La Rendición:
La rendición es esencial para nuestra adoración verdadera, y produce una transformación en nosotros, desde adentro hacia afuera. La adoración genuina permite al Espíritu Santo moldearnos cada día más a la imagen de Cristo y menos al patrón del mundo. Sin embargo, esta transformación requiere una total rendición a la voluntad de Dios.
2 Corintios 3:18 RVR1960| Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.
Amado lector, Dios es bueno y siempre desea lo mejor para sus hijos, pero cada uno de nosotros es responsable de trabajar en sí mismo para alcanzar madurez espiritual y convertirse en un verdadero adorador. Es tiempo de transicionar hacia lo nuevo de Dios, de salir de la zona de dolor y sufrimiento para darle paso al Espíritu Santo que obre en tu vida. Durante estos días de ayuno, permítele al Señor enseñarte el tipo de adoración que le agrada. Rinde tu corazón, permite que Él lo quebrante y entrégate por completo, para que puedas experimentar la transformación que solo viene al adorar en espíritu y en verdad. Amén.
Juan 4:23-24 RVR1960| Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.
Que la gracia y el favor de nuestro Señor Jesucristo sea con todos ustedes.
Con amor,
Fabio R. Ventura
Abreviaturas de las diferentes Biblias utilizadas:
RVR1960| Reina-Valera 1960