Dia 25:Fortaleza en la Adversidad

Serie ayuno: La milla extra
2 Corintios 4:8-9 TLA| 8 Por eso, aunque pasamos por muchas dificultades, no nos desanimamos. Tenemos preocupaciones, pero no perdemos la calma. 9 La gente nos persigue, pero Dios no nos abandona. Nos hacen caer, pero no nos destruyen.

Ser hijos de Dios no significa que estemos exentos de desafíos o tribulaciones. Sin embargo, el apóstol Pablo nos exhorta a través de este pasaje que, aunque enfrentemos dificultades, siempre hallaremos esperanza y consuelo a través de su Espíritu Santo; porque sin importar el tamaño de la prueba, nuestra fe debe estar sustentada en la Roca firme que es Jesucristo.

Cuando meditamos este pasaje bíblico, podemos resaltar estos puntos importantes:

Atribulados, pero no angustiados:
Los desafíos son parte de nuestra vida cotidiana. Sin embargo, es a través de la oración y la comunión con el Espíritu Santo, donde encontraremos esa paz en medio de la tormenta. Dios nos ofrece su paz, y aunque nos podamos sentir abrumados por los problemas y preocupaciones, la angustia no tiene por qué dominar nuestras emociones. Busquemos en todo tiempo esa paz que viene de Dios, para guiarnos y fortalecer nuestro espíritu.

Filipenses 4:7 NVI| Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.

En apuros, pero no desesperados:
Las situaciones difíciles pueden parecer insuperables, pero como creyentes, sabemos que Dios es nuestra ayuda constante. No debemos creerle la mentira al enemigo y caer en la desesperación, porque Dios es nuestro refugio y fortaleza. Sí, hay momentos en que nos podemos sentir atrapados, sin salida visible a nuestros problemas, pero el apóstol Pablo en este pasaje nos anima a no caer en la desesperación, porque Dios tiene el control y siempre proveerá una manera de superar las dificultades, incluso cuando no podemos verla de inmediato. ¡Confía y te fe!

Salmos 46:1 NVI|Dios es nuestro refugio y nuestra fortaleza, nuestra segura ayuda en momentos de angustia.

Perseguidos, pero no desamparados:
La oposición puede venir de muchas formas, pero Jesús prometió que nunca nos dejaría ni nos abandonaría. Su Espíritu Santo nos consuela y guía en medio de toda persecución. Como servidores del reino de los cielos, podemos enfrentar oposición o persecución, pero aun así, nunca estamos solos. Él nunca nos abandona. Su presencia y su amor son constantes, brindándonos Su refugio y protección.

Hebreos 13:5 NVI|Manténganse libres del amor al dinero y conténtense con lo que tienen, porque Dios ha dicho: «Nunca los dejaré; jamás los abandonaré».

Derribados, pero no destruidos:
Las caídas son inevitables en el camino de la vida, pero no son el final. Cada vez que caemos, Dios nos dará la fuerza para levantarnos de nuevo. No estamos destruidos porque en Cristo encontramos la restauración y la renovación. Ya Jesucristo nos dio la victoria al resucitar al tercer día. En Él, encontramos la fuerza para levantarnos y seguir adelante, sabiendo que somos más que vencedores. 

Romanos 8:37 NVI| Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.

Amado lector, Dios nos llama a una vida de perseverancia y fe. Cuando nos enfrentemos a momentos difíciles, debemos recordar que nuestras pruebas no son el final de nuestra historia. Dios está con nosotros en todos nuestros caminos, ofreciéndonos su fortaleza y su amor incondicional. Oremos juntos, Padre Celestial, gracias porque en medio de nuestras tribulaciones, tú has sido nuestra fortaleza. Ayúdanos a confiar en todo tiempo en tu Palabra y a buscar tu presencia continuamente, no solo en las adversidades. Que tu Espíritu Santo nos guíe siempre a toda verdad y nos dé paz en cada situación que podamos enfrentar. Gracias Señor, porque, aunque caigamos, nos levantarás y nos sostendrás. En el nombre de Jesús, Amén.

Que la gracia y el favor de nuestro Señor Jesucristo sea con todos ustedes.
Con amor,
Fabio R. Ventura

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