Salmos 30:5 RVR1960| Porque un momento será su ira, Pero su favor dura toda la vida. Por la noche durará el lloro, Y a la mañana vendrá la alegría.
En la vida, todos enfrentamos momentos de tristeza y desánimo. Puede que te encuentres en uno de esos momentos ahora mismo. Sin embargo, la Palabra de Dios nos asegura que la tristeza no es el final de tu historia. Aunque el llanto te puede durar una noche, la alegría dada por Dios vendrá por la mañana.

Es natural experimentar tristeza en este mundo lleno de tribulaciones y dificultades. Incluso Jesús mismo experimentó la tristeza; pero en medio de nuestras lágrimas, Dios nos ofrece consuelo y esperanza. Él promete estar cerca de los quebrantados de corazón y salvar a los abatidos de espíritu.
Salmos 34:18 RVR1960| Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón; Y salva a los contritos de espíritu.
Cuando nos sentimos abrumados por la tristeza, es vital recordar que no estamos solos. Dios está con nosotros en cada paso del camino. Él es nuestro refugio y fortaleza, Su ayuda siempre estará presente en tiempos de angustia. Aunque no encuentres consuelo en el ser humano, recuerda que este consuelo esta a solo una oración. Y si quieres saber cómo hacerlo, te invito a que pongas en práctica:
Lee la Palabra de Dios. Dedica tiempo cada día a leer la Biblia y meditar en los pasajes que hablan sobre la esperanza y la alegría que se encuentran en Dios.
Comunión con tus hermanos de la fe. Busca apoyo y compañerismo con aquellos hermanos que hablen tu mismo idioma de fe y te ayuden a seguir avanzando, en medio de la aflicción y dolor, porque compartir tus cargas con otros, te traerá consuelo y fortaleza.
Practica la gratitud. Es mejor dar que recibir, así que a pesar de las circunstancias difíciles, encuentra razones para dar gracias a Dios y ser generosos con otros. La gratitud cambia nuestra perspectiva y nos ayuda a enfocarnos en las bendiciones que tenemos en Cristo, y cómo podemos ser de bendiciones para otros también.
Salmos 46:1 RVR1960|Dios es nuestro amparo y fortaleza, Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.
Amado lector, la tristeza puede durar un tiempo, pero la alegría que encontramos en Dios es eterna. Confía en Su promesa y permite que Su amor y gracia te sostengan en medio de tu caminar, porque solo en Él podrás obtener esa paz que te fortalece. Oremos juntos: Padre Celestial, venimos delante de ti, porque reconocemos que solo tu puedes llevarte de mi la tristeza, y que todo sentimiento de apego emocional o autodestrucción que haya sobre mi vida, sea hoy removido por ti, y que a partir de este momento pueda experimentar el gozo, la felicidad que tú nos prometes en esta mañana. Señor, enséñame a confiar en Tu amor eterno y a encontrar consuelo en Tu presencia. En el nombre de Jesús, amén.
Que la gracia y el favor de nuestro Señor Jesucristo sea con todos ustedes.
Con amor,
Sandra Patricia V.
Abreviaturas de las diferentes Biblias utilizadas:
RVR1960| Reina-Valera 1960